Día clave en el póquer entre Grecia y sus acreedores

Hoy se realiza una cumbre europea extraordinaria sobre la crisis de deuda helénica. El premier Alexis Tsipras dijo ayer haber presentado ideas para una “solución definitiva”.

AP

FRANKFURT, Alemania (AP/AFP).- En el juego entre Grecia y sus acreedores de ver quién cede primero, donde el país asediado financieramente apuesta a recibir más ayuda de un fondo de rescate, cada bando ha interpretado su parte, negándose a retroceder. Ahora el tiempo se acaba y los políticos detrás del volante están demasiado cerca de lo que ninguno quiere: una colisión frontal.

El primer ministro griego Alexis Tsipras presentó ayer nuevas propuestas a sus acreedores pocas horas antes de una cumbre decisiva en Bruselas para evitar el impago de la deuda griega, de consecuencias impredecibles. “Nueva propuesta griega recibida por Jean-Claude Juncker (presidente de la Comisión Europea), Christine Lagarde (directora del FMI) y el Banco Central Europeo. Buena base para hacer progresos en la cumbre de la zona euro”, escribió en Twitter Martin Selmayr, jefe de gabinete del presidente de la Comisión.

El programa de ayuda de Grecia expira en 10 días y el dinero está drenando de los bancos. El resultante golpe financiero podría salirse de control y obligar al país a salir de la zona euro, conformada por 19 naciones.

Aunque esto podría ser devastador económicamente para Grecia, algunos predicen que Europa y la economía mundial podrían manejarlo. La verdad es que nadie lo sabe en realidad.

Si es un riesgo que vale la pena asumir será la cuestión que enfrenten los líderes de gobierno de 19 países que usan el euro, cuando se reúnan hoy .

Los socios de Atenas en la Eurozona –encabezados por Alemania– están dispuestos a prestar más dinero, pero sólo bajo ciertas condiciones que incluyen recortes al gasto griego y subir impuestos. El gobierno de izquierda de Grecia dice que estas políticas de austeridad están perjudicando a la economía y quieren que las deudas con otras naciones de la zona euro les sean condonadas parcialmente.

Una fecha fatal es el 30 de junio, cuando expira el programa de rescate de Grecia y ya no estarán disponibles 7.200 millones de euros. El mismo día, Grecia tiene que pagar al FMI 1.600 millones y no tiene dinero para hacerlo. Si no paga, las agencias calificadoras no declararán de inmediato al país en default, pero el organismo ya ha dicho que no podrá darle más crédito .

Mientras pasan los días, Grecia y sus acreedores apuestan a que el otro lado cederá y el riesgo es que los políticos serán superados por los sucesos. Muchos economistas opinan que la mayor es la posibilidad de que el dinero salga masivamente de los bancos griegos, aunque el gobierno podría acotarlo imponiendo límites a los retiros.

Si ve que los bancos colapsan y el gobierno no puede pagar sus obligaciones, el Banco Central Europeo eventualmente enfrentaría una decisión sobre si se mantiene la ayuda que permite sobrevivir a los bancos griegos. Sin euros, el gobierno tendría que imprimir una nueva moneda para rescatar a los bancos y pagar sus deudas. ¿Dónde acabaría todo? La gran pregunta política es si los acreedores en realidad quieren mantener a Grecia en la unión monetaria.

Miles de personas protestaron en Atenas contra la política de ajuste y a favor de una postura dura frente a los acreedores del país.


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