Día nacional del donante de sangre voluntario

Es un acto de vida voluntario y desinteresado.

Tras las investigaciones y descubrimientos a lo largo de las épocas sobre el papel fundamental que cumple la sangre en el organismo para el mantenimiento de la vida, solo restaba por descubrirse la forma de conservarla en estado líquido y con sus propiedades. Los resultados obtenidos en las experiencias no habían sido buenos, ya que los conservantes habían resultado tóxicos para el paciente que recibía la sangre. Transitando por este camino de investigación, llegamos al siglo XX en el que tres investigadores independientemente descubren las cualidades de una sustancia llamada citrato de sodio como anticoagulante para el uso de la conservación y transfusión de sangre.

Uno de estos investigadores fue el dr. Luis Agote, argentino, quien un 9 de noviembre de 1914 en el Instituto Modelo de Clínica Médica del hospital Rawson de Buenos Aires, realiza la primera transfusión de sangre anticoagulada. En esta ocasión la técnica consistía en el uso de citrato neutro de sodio para impedir la coagulación de la sangre sin intoxicar al paciente. El procedimiento había sido usado en animales hasta ese momento. Agote dio el paso decisivo: se inyectó en forma endovenosa dosis elevadas de citrato neutro para observar una posible reacción o intolerancia en su organismo. Compróbó la inocuidad absoluta del citrato, lo que dio lugar a la implementación universal de este procedimiento.

Es por esta razón que el 9

de noviembre fue la elegida y promulgada por la Ley Nacional 25.936 para celebrar el Día Nacional del Donante de Sangre Voluntario. Gracias a la investigación y trabajo de profesionales dedicados a este tema es que tenemos parte del problema resuelto, pero aún hoy con todos los avances cientificos y tecnológicos, la sangre no se ha logrado obtener por ningún medio artificial. Seguimos siendo nosotros, los seres humanos, los únicos capaces de proporcionarla.

Hoy en día no solo los bancos de sangre necesitan tener cantidad suficiente de sangre para responder las demandas que se presentan a diario, sino además calidad en los hemocomponentes que se utilizan para transfundir a un paciente y esto solamente es posible si contamos cada día con personas informadas, concientizadas con este acto y comprometidos con la vida. Un donante voluntario de sangre es aquella persona que accede libre y voluntariamente a donar sangre, sin mediar presión alguna ni compromiso de reposición.

Por lo tanto, la donación de sangre es un acto social y solidario que se realiza desde la intimidad del individuo, nacida de la disposición de ayudar a «otros» de forma desinteresada, es decir es un acto altruista y también de reconocimiento ante la importancia que tiene la sangre para el mantenimiento de la vida.

Pueden donar sangre todas aquellas personas que:

• tengan entre 18 y 65 años.

• que pesen más de 50 kg.

• que no padezcan enfermedades que sean transmitidas por sangre.

• que no se hallan realizado en el último año tatuajes, perforaciones o acupuntura.

• que no hallan mantenido relaciones sexuales con parejas ocasionales.

• que no hagan uso de drogas endovenosas. Donar sangre no ocasiona trastornos al organismo, se puede donar cada 3 meses.

No debilita, no engorda, no adelgaza, no perjudica en nada.

El material que se utiliza para la extracción es estéril y descartable, haciendo desaparecer el riesgo de contraer enfermedades.

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