Diane Keaton, ícono de la pantalla

Mañana cumple 65 años esta mujer que brilló desde su papel en “Annie Hall” y “El padrino”.

NUEVA YORK (DPA).- Diane Keaton se convirtió en estrella de cine de la mano de Woody Allen. También fue pareja de Al Pacino y Warren Beatty, aunque nunca contrajo matrimonio. Y difícilmente en Hollywood se oiga hablar mal de esta actriz, directora, productora y guionista estadounidense, que afirma sentirse plenamente realizada en su rol de madre. A punto de celebrar su 65 cumpleaños mañana, a Keaton le sobran motivos para estar orgullosa. Ya por uno de sus primeros filmes, “Annie Hall” (1977), bajo la dirección de Woody Allen, se alzó con un Oscar. Desde entonces, pudo celebrar el éxito en decenas de papeles protagónicos en la pantalla grande. Hija de un ingeniero y de una ama de casa, creció con tres hermanos en Santa Ana, California. Después de formarse como actriz en el Neighborhood Playhouse de Nueva York, realizó su debut en Broadway con 22 años, con un papel en el musical “Hair”. Ya allí concitó la atención al negarse a actuar desnuda, al igual que el resto del elenco, en el final del primer acto. Este fuerte pudor se convirtió en una de sus marcas distintivas. El diario “San Francisco Chronicle” se burlaba en 2005 asegurando que Diana era “fácil de reconocer”: “Hay que buscar a la única mujer que con 30 grados (…) lleva puesto un jersey de cuello alto”. Sin embargo, Keaton se convirtió inesperadamente en un ícono de la moda gracias a la neurótica neoyorquina Annie Hall, en el film que protagonizó junto con Woody Allen. En la película se la veía vestir pantalones masculinos holgados, chalecos, corbatas y sombreros. Su fotografía también conquistó la portada de “Time”: “La mujer más cómica del cine actual”, escribió la revista estadounidense. Keaton incluso se presentó en la Casa Blanca con ropa masculina y sombrero. A su lado estaba su colega y por entonces pareja Warren Beatty, “uno de los hombres más hermosos del mundo”, según continúa afirmando hasta la actualidad. Desde los años 80 a Keaton le llovieron las ofertas de papeles. Dirigida por Beatty, actuó en “Reds”, que recibió grandes elogios de la crítica, al igual que “Baby Boom”, “Crímenes del corazón”, “El club de las divorciadas” y “Marvin’s Room”, en un papel que le valió una nominación al Oscar. Su siguiente nominación a la estatuilla le llegó por la interpretación de una dramaturga madura en “Alguien tiene que ceder”, junto a su amigo Jack Nicholson y Keanu Reeves. Su debut en la dirección, “Heaven”, sobre la vida después de la muerte, fue aplaudida en el Festival de Cine de Cannes en 1988. Keaton volvió a actuar en 1990 junto a su ex pareja Al Pacino en “El Padrino”, en el papel de esposa del heredero de la mafia Michael Corleone. Y también volvió a ponerse a las órdenes de otro de sus ex, Woody Allen, para rodar “Radio Days” y “Manhattan Murder Mystery”. Aunque estuvo ocupada a pleno con el cine y con hobbies como la fotografía, la arquitectura y el diseño, Keaton decidió a adoptar a los 50 a una hija y luego a un hijo. “La maternidad me cambió totalmente”, aseguró poco después. “Es la experiencia más conmovedora que jamás viví”, apuntó la celebrada actriz.


NUEVA YORK (DPA).- Diane Keaton se convirtió en estrella de cine de la mano de Woody Allen. También fue pareja de Al Pacino y Warren Beatty, aunque nunca contrajo matrimonio. Y difícilmente en Hollywood se oiga hablar mal de esta actriz, directora, productora y guionista estadounidense, que afirma sentirse plenamente realizada en su rol de madre. A punto de celebrar su 65 cumpleaños mañana, a Keaton le sobran motivos para estar orgullosa. Ya por uno de sus primeros filmes, “Annie Hall” (1977), bajo la dirección de Woody Allen, se alzó con un Oscar. Desde entonces, pudo celebrar el éxito en decenas de papeles protagónicos en la pantalla grande. Hija de un ingeniero y de una ama de casa, creció con tres hermanos en Santa Ana, California. Después de formarse como actriz en el Neighborhood Playhouse de Nueva York, realizó su debut en Broadway con 22 años, con un papel en el musical “Hair”. Ya allí concitó la atención al negarse a actuar desnuda, al igual que el resto del elenco, en el final del primer acto. Este fuerte pudor se convirtió en una de sus marcas distintivas. El diario “San Francisco Chronicle” se burlaba en 2005 asegurando que Diana era “fácil de reconocer”: “Hay que buscar a la única mujer que con 30 grados (...) lleva puesto un jersey de cuello alto”. Sin embargo, Keaton se convirtió inesperadamente en un ícono de la moda gracias a la neurótica neoyorquina Annie Hall, en el film que protagonizó junto con Woody Allen. En la película se la veía vestir pantalones masculinos holgados, chalecos, corbatas y sombreros. Su fotografía también conquistó la portada de “Time”: “La mujer más cómica del cine actual”, escribió la revista estadounidense. Keaton incluso se presentó en la Casa Blanca con ropa masculina y sombrero. A su lado estaba su colega y por entonces pareja Warren Beatty, “uno de los hombres más hermosos del mundo”, según continúa afirmando hasta la actualidad. Desde los años 80 a Keaton le llovieron las ofertas de papeles. Dirigida por Beatty, actuó en “Reds”, que recibió grandes elogios de la crítica, al igual que “Baby Boom”, “Crímenes del corazón”, “El club de las divorciadas” y “Marvin’s Room”, en un papel que le valió una nominación al Oscar. Su siguiente nominación a la estatuilla le llegó por la interpretación de una dramaturga madura en “Alguien tiene que ceder”, junto a su amigo Jack Nicholson y Keanu Reeves. Su debut en la dirección, “Heaven”, sobre la vida después de la muerte, fue aplaudida en el Festival de Cine de Cannes en 1988. Keaton volvió a actuar en 1990 junto a su ex pareja Al Pacino en “El Padrino”, en el papel de esposa del heredero de la mafia Michael Corleone. Y también volvió a ponerse a las órdenes de otro de sus ex, Woody Allen, para rodar “Radio Days” y “Manhattan Murder Mystery”. Aunque estuvo ocupada a pleno con el cine y con hobbies como la fotografía, la arquitectura y el diseño, Keaton decidió a adoptar a los 50 a una hija y luego a un hijo. “La maternidad me cambió totalmente”, aseguró poco después. “Es la experiencia más conmovedora que jamás viví”, apuntó la celebrada actriz.

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