Dientes apretados, arcos cerrados
Con estilos similares, Banfield y Estudiantes terminaron empatados 0-0 un partido de dientes apretados, con mucha marca y poco espacio para los generadores de fútbol que terminó siendo un fiasco. Y por si fuera poco, ante la ausencia del fútbol, apareció la violencia en la tribuna del equipo platense que determinó la suspensión momentánea del encuentro por parte del árbitro Gabriel Favale. El partido estuvo parado durante 12 minutos cuando dos sectores de la popular de Estudiantes protagonizaron violentos incidentes al enfrentarse entre sí y luego la siguieron contra las fuerzas policiales.Tras esperar un buen rato el árbitro decidió reiniciar el cotejo. Un primer tiempo duro, con dos equipos con similares estilos donde Banfield intentó por el sector derecho del ataque, zona por donde Cervera generó las mejores situaciones para su equipo, aunque fueron intentos trabados y casi en solitario. En cambio, el equipo de Merlo quiso hacer su partido desde la zona media con Carrusca y Aquino en la creación pero terminó chocando con la férrea línea de cuatro que dispuso Falcioni. En ese panorama, ambos se las ingeniaron para generar por lo menos tres situaciones por cada lado, por lo que el partido si bien no tuvo brillo, contó con la garra y el empuje de dos equipos que priorizan la marca. Antes del descanso, hubo una para cada uno. Primero fue Leyenda, en acrobático vuelo, sacó un fuerte disparo de Pavone. Después, Herrera, en dos tiempos se quedó con un tiro libre muy bien ejecutado por Andrizi. En el complemento siguió todo igual. Se repitieron en insinuaciones, pero el fútbol siempre estuvo ausente, sólo marca y marca, la característica de un partido de dientes apretados donde ninguno de los quiso perder. En los minutos finales Estudiantes generó un par de llegadas con peligro. Primero fue el «Lechuga» Maggiolo el que se lo perdió con un mal cabezazo en el área chica después de un preciso centro de Pavone. Y en la última, el Tanque Pavone se fue con todo su empuje entre los dos centrales, pero el disparo final se fue apenas desviado. (DyN)
Triunfo y punta
Siempre se habla de las injusticias del fútbol. Y tal vez hoy, en Arroyito, se haya producido un claro ejemplo de ello con la victoria del mezquino Rosario Central ante un avasallante Quilmes por 1 a 0. Al equipo de Alfaro, especialmente en el complemento, le faltó la cuota de efectividad que le sobró a Rosario Central, que tuvo dos llegadas y concretó una con Hernán Encina a los 34 minutos de la primera parte. Quilmes sorprendió a Central porque salió a jugarle de igual a igual, peroeligió mal la forma de atacar: centros sin destinos. El local se metió en el partido una vez que se dio cuenta que podía acomodarse en la zona de volantes a pesar de las “pesadas” ausencias de Díaz y Ledesma. Sólo entonces se decidió a atacar.
Con estilos similares, Banfield y Estudiantes terminaron empatados 0-0 un partido de dientes apretados, con mucha marca y poco espacio para los generadores de fútbol que terminó siendo un fiasco. Y por si fuera poco, ante la ausencia del fútbol, apareció la violencia en la tribuna del equipo platense que determinó la suspensión momentánea del encuentro por parte del árbitro Gabriel Favale. El partido estuvo parado durante 12 minutos cuando dos sectores de la popular de Estudiantes protagonizaron violentos incidentes al enfrentarse entre sí y luego la siguieron contra las fuerzas policiales.Tras esperar un buen rato el árbitro decidió reiniciar el cotejo. Un primer tiempo duro, con dos equipos con similares estilos donde Banfield intentó por el sector derecho del ataque, zona por donde Cervera generó las mejores situaciones para su equipo, aunque fueron intentos trabados y casi en solitario. En cambio, el equipo de Merlo quiso hacer su partido desde la zona media con Carrusca y Aquino en la creación pero terminó chocando con la férrea línea de cuatro que dispuso Falcioni. En ese panorama, ambos se las ingeniaron para generar por lo menos tres situaciones por cada lado, por lo que el partido si bien no tuvo brillo, contó con la garra y el empuje de dos equipos que priorizan la marca. Antes del descanso, hubo una para cada uno. Primero fue Leyenda, en acrobático vuelo, sacó un fuerte disparo de Pavone. Después, Herrera, en dos tiempos se quedó con un tiro libre muy bien ejecutado por Andrizi. En el complemento siguió todo igual. Se repitieron en insinuaciones, pero el fútbol siempre estuvo ausente, sólo marca y marca, la característica de un partido de dientes apretados donde ninguno de los quiso perder. En los minutos finales Estudiantes generó un par de llegadas con peligro. Primero fue el "Lechuga" Maggiolo el que se lo perdió con un mal cabezazo en el área chica después de un preciso centro de Pavone. Y en la última, el Tanque Pavone se fue con todo su empuje entre los dos centrales, pero el disparo final se fue apenas desviado. (DyN)
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