Dieron plata a la biblioteca y se la quisieron quitar

Ocurrió en San Martín de los Andes con un subsidio provincial.

SAN MARTIN DE LOS ANDES (ASM).- Una curiosa situación viven las autoridades de la Biblioteca Popular 4 de Febrero. Recibieron un impensado aporte provincial de 72.400 pesos, pero luego se les pidió la devolución del subsidio a través de una persona que se presentó como director de Cultura, fundándose en una supuesta acta sin firmas ni sellos y que, por cierto, los responsables de la entidad local se negaron a avalar.

Así las cosas, el dinero está inmovilizado en la cuenta que la biblioteca del barrio El Arenal posee en Banco Nación.

La presidenta de la institución, Hilda Liporace, dijo a este diario que sólo se retornarían los fondos si mediara un decreto provincial con tal fin, ya que por esa misma vía fue acordado el pago.

En efecto, se trata del decreto 613 de abril de 2003, que dispone el pago de 362.000 pesos para «talleres culturales», en favor de siete bibliotecas de distintas ciudades de la provincia.

Pero otro dato insólito de este episodio es que la biblioteca 4 de Febrero no solicitó subsidio alguno, hasta que de buenas a primeras se encontró con los inesperados 72.400 pesos, una cifra cercana al valor del inmueble que ocupan en la actualidad.

Según datos recogidos por «Río Negro», no sería la primera vez que se produce el cuando menos desprolijo y sospechoso manejo, que la institución local se negó a convalidar luego de asesorarse con un escribano y un abogado.

El pasado 29 de marzo, la presidenta de la biblioteca envió una carta documento a la subsecretaria de Cultura de la Provincia del Neuquén, Margarita Seguí de Acuña, exponiendo los hechos.

Según dijo Liporace, la funcionaria respondió molesta con los términos de la nota y desconociendo lo actuado por el supuesto emisario, Héctor Torres, quien se presentó ante la conducción de la biblioteca como Director de Cultura.

Este diario intentó dialogar ayer con Torres, pero no se encontraba en su oficina.

Según administrativos consultados telefónicamente a Cultur de la provincia, Torres revista como asesor del área.

 

El relato

La carta enviada por Liporace a la subsecretaria de Cultura de la provincia, a la que tuvo acceso este diario, refiere que el 9 de febrero último, Héctor Torres «se comunicó telefónicamente» con la titular de la biblioteca para «solicitar un encuentro» en un café ubicado frente a Plaza San Martín.

A la reunión concurren tres integrantes de la comisión directiva de la biblioteca. En esa oca

sión, Torres presenta copia del decreto 613 de abril de 2003, y un «acta acuerdo» en «hoja sin membrete ni sello alguno, donde se expresa que esta biblioteca debe transferir el monto depositado en su cuenta del Banco Nación».

Asimismo, el supuesto director exhibe un recibo firmado por él y donde «consta que recibiría el dinero, documento que también carecía de membrete y sello. Dejamos constancia -dice Liporace en la carta documento- que el señor Torres no presenta acreditación alguna…».

Los recibos para la transferencia, presentados por Torres según la presidenta de la biblioteca, eran cuatro con encabezamiento «Biblioteca Popular 4 de Febrero» y otros cuatro con encabezamiento de la «Biblioteca Popular Expedicionarios del Desierto» de Picún Leufú.

Tras advertir la transparencia con la que la comisión de la biblioteca actúa, con presentación anual de balances firmados por contador público, Liporace dice a Acuña que «dada la importancia de la suma y el mecanismo poco formal por el cual debería entregarse el dinero que esta biblioteca jamás usaría, la comisión directiva resolvió hacer consultas legales para garantizar que no se vea comprometida por el destino de ese dinero».

Por otra parte, enfatiza, «entregar 72.400 pesos en mano a un señor que los transportaría 450 kilómetros en un vehículo (particular), constituiría un acto de irresponsabilidad de nuestra parte».

Finalmente, de las consultas a los profesionales surgió la conveniencia de no entregar el dinero al supuesto emisario de Cultura de la provincia. Los fondos permanecen en la caja de ahorro de la institución, y las gestiones ya fueron puestas en manos de abogados.

Liporace aclara que «estas acciones están motivadas pura y exclusivamente por la necesidad de continuar con la transparencia con que nos hemos manejado en nuestra gestión, respondiendo a las instituciones oficiales y no oficiales que nos apoyan y a los socios, quienes confían en nuestra biblioteca…»

 

El destino establecido para los fondos

SAN MARTIN DE LOS ANDES (ASM).- El decreto provincial que disparó la extraña intervención de un funcionario de Cultura para hacerse de un subsidio otorgado a la biblioteca popular 4 de Febrero, está fechado el 11 de abril de 2003 y es modificatorio de otra norma similar, la 153/03, que aprueba el «programa de talleres culturales» a desarrollarse en la provincia.

Según pudo averiguar este diario, los talleres en cuestión son prestados por personas que cobran entre 200 y 300 pesos, a través de instituciones como las bibliotecas populares, que están en condiciones de recibir subsidios y pagar por la prestación de tales servicios.

Sin embargo, desde la biblioteca 4 de Febrero se informó que ningún taller bajo la normativa del decreto 153/03 fue dictado en su sede de barrio El Arenal.

El decreto 613 fija el monto destinado al programa en la suma de 362.000 pesos, con cargo a la partida «promoción y producción cultural», vigente a la fecha de rúbrica.

El «subsidio» fue destinado a las bibliotecas «4 de Febrero», de San Martín de los Andes por 72.400 pesos; «La Biblioteca» de Zapala por 32.600; «Expediciones del Desierto» de Picún Leufú por 36.200 pesos; «Angel Edelman» de la ciudad de Neuquén por 54.300 pesos, y por igual suma a cada una a las bibliotecas también capitalinas de «Hugo Berbel»; «Enrique Roca» y «Gran Neuquén».


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