Diez años después, la «Diana-manía» se extinguió

Su figura fue poco a poco apagándose en Gran Bretaña. "Lo que murió es un personaje, no un ser humano", dicen.

La sombra de la princesa Diana de Gales sigue presente en Gran Bretaña, pero la «Diana-manía», que culminó la semana entre su muerte, el 31 de agosto de 1997, y su entierro en la casa familiar, días después, parece haberse extinguido. El décimo aniversario de Diana se conmemorará sólo con una discreta misa. El servicio religioso va a ser transmitido por televisión, pero no paralizará al país, como ocurrió hace diez años con su muerte, donde la gente hizo fila durante horas y horas para depositar flores en los jardines de Kensington o firmar el libro de condolencias. Aunque Diana sigue siendo la figura británica más conocida en el mundo, su rostro, su sonrisa y su vida han regresado a la portada de revistas sólo en ocasión del aniversario de su muerte.

En estos diez años, la figura de Diana se ha ido poco a poco desdibujando. De hecho, en Londres, no hay ninguna calle, parque, plaza o jardín que lleve su nombre. Tampoco esculturas.

La emoción despertada por la muerte de la princesa parece ahora algo muy lejano y los británicos han recuperado su ancestral flema. ¿Qué ha pasado en estos diez años con el fenómeno de la «Diana-manía», que nació casi en el mismo momento en que los británicos vieron por primera vez la sonrisa tímida de la bella joven que se iba a casar con el heredero de la corona? La «Diana-manía» creció con su boda de cuentos de hadas, vista por millones de personas, con el nacimiento de sus dos hijos y con cada una de sus sonrisas, peinados y vestidos. Incluso la separación de su marido, enamorado de otra mujer, sus repetidos fracasos amorosos, su fragilidad, así como sus misiones humanitarias, alimentaron la «Diana-manía», que culminó después de esa medianoche del 31 de agosto de 1997, que provocó lágrimas en todo el país, en el planeta entero. Pero Lady Di no dejó tras su muerte películas que pueden verse y reverse, como dejó Marilyn, ni discos como los que hacen revivir a Elvis, señaló Freedland en The Guardian. «Cuando los ingleses perdieron a Diana no perdieron a un ser humano; la que murió fue un personaje en una novela o una película», señaló Freedland. Por eso, este fenómeno, que se alimentaba de la vida de Diana mezcla de cuento de hadas, telenovela, y reality show con su muerte, perdió fuerza y la pasión por la princesa se fue paulatinamente apagando.


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