Difícil convivencia de perros y vecinos

Son los canes que cuida la Sociedad Protectora. Mordeduras e insalubridad causan los problemas.

ROCA (AR) – La erradicación de perros callejeros tiene en Roca a dos tribunas de vecinos en contra que polemizan todo el tiempo.

Una familia con ocho hijos y más de 200 perros de la Asociación Protectora de Animales se convirtieron en «malos vecinos» desde hace dos años, y el conflicto podría destrabarse por estos días si el municipio construye unos caniles en el barrio El Petróleo para que animales y personas no sufran los avatares de vivir en un mismo predio.

La asociación es la única que se ocupa de los cientos de canes que vagabundean por los barrios, dándoles alimentos y medicamentos en el caso de que estén enfermos. Incluso Haydée Cuevas de APA aseguró que «en cinco años regalamos más de 4.000 perros a la comunidad» como prueba de su compromiso y amor por los animales.

A pesar de ello, vecinos y agentes sanitarios de salud pública se quejaron de las condiciones sanitarias en las que trabaja la entidad y la relación con los hogares vecinos.

Una de esas familias son los Calderón. Fabiana, madre de ocho hijos comentó indignada a este medio que fue tantas veces a la comisaría de Stefenelli para hacer la exposición policial, como dientes marcados tiene su cuerpo, a causa de imprevistos «mordiscones». Vive en la chacra 267, propiedad del municipio, del barrio El Petróleo, en una casa contigua al galpón donde están encerrados los canes vagabundos. «Ya estoy loca, no sé qué hacer y nadie me da una mano».

Otra joven aseguró haber recibido malos tratos vía telefónica por parte de miembros de la entidad, y una respuesta de «no tenemos lugar porque hay parbovirus»cuando pidió entregar 13 cachorros.

«Río Negro» fue con una agente sanitaria a la chacra donde funciona la asociación y comprobó que el panorama no dista mucho de las expresiones de los Calderón. Apenas ingresó al predio rural, una jauría de más de 70 canes sueltos dio la bienvenida con ladridos mientras otros 100 aguardaban dentro en una decena de «cuchas» construidas con bins tapados con chapas. La entrevista fue complicada ya que en menos de 20 minutos, el cronista, el fotógrafo y la agente sanitaria fueron también blanco de los dientes caninos. «Tranquilo… no pasa nada, es porque no los conocen todavía» decía ante el hecho consumado uno de los jóvenes que los cuidan.

«Pedimos un informe a la Unidad Regional de Saneamiento Ambiental, porque no pueden vivir perros que no se ven con buena salud y personas en un mismo lugar», sostuvo María Goycochea que trabaja en la sala asistencial de Stefenelli.

Por su parte desde la dirección de Medio Ambiente aseguraron que «nos ocupamos del tema pero ya no sabemos qué hacer. A la señora Cuevas le cedimos un terreno en el parque industrial, construimos unos caniles y nunca se mudó porque quería una casa. Ahora esperamos colaboración para que se muden al fondo de la chacra y solucionar parte del problema».


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