Dilma define equipo económico con nombres de Lula

Mantiene a Mantega en Hacienda y dijo que continuará con la política actual.

BRASILIA.- La presidenta electa de Brasil, Dilma Rousseff, definió ayer al equipo económico que la acompañará en la presidencia de la mayor economía latinoamericana y foco de una masiva inversión internacional, con una clara señal de continuidad al mercado.

A la cabeza de ese equipo estará el ministro de Hacienda, Guido Mantega, un “desarrollista” de la confianza del presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, del que fue asesor económico desde 1993, que se mantendrá en el cargo, informó el gabinete de la transición presidencial que presentó a los nuevos ministros.

El presidente del Banco Central será Alexander Tombini, un funcionario de carrera y actual director de normas del ente, considerado un garante de la continuidad de la política de ortodoxia monetaria y control de la inflación.

El ministerio de Planificación será ocupado por una mujer, Miriam Belchior, quien en los últimos tiempos acompañó a Rousseff en el comando del programa estrella de inversiones destinado a renovar las grandes infraestructuras del país que acogerá la Copa del Mundo en 2014 y los Juegos Olímpicos en 2016.

Crecimiento económico de 5% al año, responsabilidad fiscal, recortes en el gasto público y control de la inflación, serán prioridades del próximo gobierno en Brasil, informaron en rueda de prensa los integrantes del equipo económico.

Con sus colegas, Mantega pronunció el discurso que el mercado esperaba, al confirmar que las aspiraciones de crecimiento económico y social y de reducción de la deuda, serán favorecidas con una política de responsabilidad fiscal y monetaria, cortes del gasto público y control de la inflación. Además garantizó la autonomía del Banco Central.

Dilma Rousseff encomendó a su equipo económico “asegurar la continuidad de la exitosa política económica del gobierno Lula, basada en la responsabilidad fiscal, y que promueva los avances que llevarán a Brasil a vencer la pobreza y alcanzar el nivel de nación plenamente desarrollada”, señala la nota divulgada por el gabinete de transición.

En Brasil, centro de un boom de multimillonarias inversiones pero sensible a la incertidumbre económica internacional, “el mercado estaba nervioso, esperaba esos nombres, y reaccionó muy bien ayer a la indicación de Tombini para el Banco Central, que se sumó a la de Mantega y Belchior que ya era esperada”, dijo el analista de MCM consultores Ricardo Ribeiro.

La elección de Rousseff estuvo muy lejos de provocar el terror que Lula generó en los mercados en 2002, cuando Brasil tuvo que pedir el mayor préstamo de la historia del Fondo Monetario Internacional.

Entre otros, porque la política económica del popular mandatario que deja el poder el primero de enero le ganó el beneplácito de los bancos, el mercado y la población.

Aun así, agentes económicos temen que el gobierno de Rousseff intente influir en la autonomía del Banco Central para rebajar las altas tasas de interés y no asuma el rigor fiscal esperado.

Al frente de la octava economía del mundo, que aspira a ser la quinta en pocos años, Rousseff heredará una buena situación económica, con una expansión del PIB superior al 7% prevista para este año, aunque también una inflación creciente y un flujo de inversiones que presiona a la baja la cotización del dólar complicando el panorama a los industriales y exportadores. (AFP)


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