Docente reconoció al imputado por los ojos

NEUQUÉN (AN)- Un docente declaró ayer que mantuvo un comprometedor diálogo con el cabo primero José Poblete en medio de la represión de Arroyito, y afirmó que está seguro de reconocer al imputado «por los ojos».

Se trata de Hernán Ulloa, quien conducía una camioneta Cherokee blanca que se desplazaba algunos metros atrás del Fiat 147 en el que viajaba Carlos Fuentealba. Declaró que un policía le disparó con una escopeta lanzagases, el proyectil impactó en el parabrisas y lo trizó. «Me bajé de la camioneta con un compañero llamado Papalardo, lo increpamos y empujamos», contó Ulloa. «Le pregunté por qué había disparado y contestó: 'le disparé porque me tiró el auto encima'». En ese momento, Ulloa no sabía que metros más adelante el Fiat 147 había recibido el impacto de otra granada de gas que le causó la muerte a Fuentealba.

Cuando la fiscalía le preguntó si podría identificar a ese policía, respondió que sí y señaló a Poblete. Describió que el día del hecho tenía la visera del casco levantada y que lo reconocía por los ojos.

El defensor Ladislao Simon le formuló una gran cantidad de preguntas, muchas de las cuales fueron objetadas por la querella y la fiscalía. Pero el momento más tenso fue cuando Poblete se puso de pie y se colocó un casco similar al que llevaba puesto el 4 de abril de 2007. El objetivo de la defensa era demostrar que el testigo no le pudo observar el cabello, como también afirmó.

El primero en declarar en el juicio fue Gonzalo Arroyo. Conducía el automóvil atacado, en cuyo interior quedó el cartucho que causó la muerte del docente. Relató que los policías lo encerraron, «como en una emboscada», y que Fuentealba le dijo que intentara salir del lugar porque «nos van a disparar». Confirmó además que segundos antes de recibir el impacto de la granada, rozó a un policía con el espejo retrovisor lateral izquierdo. Otros testigos dicen que ese efectivo impartió la orden de detener al automóvil.

También prestó testimonio la docente Andrea Rosso, quien viajaba en la caja de una camioneta adelante del Fiat 147. Como iba mirando hacia atrás, pudo observar que dos policías le apuntaban a ese vehículo -imitó el gesto de llevarse un arma al hombro para ilustrar lo que vio- y enseguida empezó a salir gas del interior, por lo que dedujo que le habían disparado.

El último testigo del día fue el secretario general de ATEN, Marcelo Guagliardo. Afirmó que en Arroyito «la policía utilizó una forma de represión que nunca habíamos visto. Para mí, la orden que tenían era no dejarnos estar ahí y que resultara algo aleccionador, de escarmiento, y mostrar ante la opinión pública que el ex gobernador Sobisch no iba a permitir que nadie proteste donde él no quería».


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