¿Una garantía para Cristina Kirchner?

Panorama nacional

Al kirchnerismo Lavagna lo perturba, dice un hombre que habla con regularidad con el exministro de Economía. Y tal vez sea cierto, a juzgar por el rechazo coral con el que el kirchnerismo respondió a la idea de un Lavagna candidato a presidente. En todas esas respuestas hubo sin embargo un tipo de cuidada descalificación: a su edad, el fracaso de su ensayo electoral, una década atrás; a sus vínculos con el poder económico o su “leve anclaje electoral”, en la fraseología de uno de los líderes de La Cámpora. Ninguna de las críticas fue demasiado rotunda.

No hay que olvidar que al primero que incomodaba Roberto Lavagna era a Néstor Kirchner. También pasaba al revés. Ya se sabe que a Kirchner le gustaba someter a sus colaboradores. Una historia menos conocida de los años de aquella sociedad exitosa cuenta que una vez el presidente sorprendió a su ministro, porque sí, con una tocadita de culo. “¡Ah no! ¡A mí eso sí que no!”, le respondió Lavagna entre avergonzado y furioso. Los motivos del alejamiento definitivo de Lavagna fueron más profundos que episodios como esos, y responden tanto a sus denuncias de corrupción en el manejo de la obra pública como al rechazo de Kirchner a que su ministro de Economía manejara la economía. “Viste… al final, al ‘pálido’ me lo lustré”, dijo Kirchner ante oídos fieles después de que Lavagna le presentó la renuncia.

Es inevitable remontarse al pasado para hablar de Lavagna. No es un juicio de valor. Aunque integra de manera lateral el equipo de Sergio Massa, su exposición ha sido mínima en la última larga década de estancamiento económico en la Argentina. Quienes lo frecuentan dicen sin embargo que Lavagna está muy comprometido con todo lo que pasa y muestra disposición a evaluar todos los escenarios en política. Pero nadie parece demasiado convencido de que acepte el reto. ¿Estaría dispuesto Lavagna a someterse a una campaña que, como dijo una semana atrás a este diario el senador Marcelo Fuentes, anticipa ser una de las más sucias de la historia? Un hombre que ha cuidado su imagen como un tesoro, cuyo principal activo político es si mismo, ¿podría aceptar los rigores de la lucha electoral? ¿El precio que inevitablemente tendrá que pagar en el supuesto de que sea presidente? “Roberto nunca fue un líder. Nunca llevó la cinta de capitán”, dice un dirigente peronista bonaerense, líder de organizaciones sociales, que lo respeta.

El peronismo alternativo ha ido en busca de Lavagna con un nivel de expectativa más bien bajo. “Tenemos que mostrar los activos de la Alternativa Federal. Hay que hacerlos jugar”, según un hombre del espacio. Ese colectivo avanzó esta semana con una definición contundente: dio un fuerte apoyo a la consulta popular a la que llamó para el domingo que viene en La Rioja el gobernador Sergio Casas en busca de un nuevo mandato que la Constitución provincial prohíbe y la oposición resiste. Es un caso de re-reelección parecido al del gobernador Alberto Weretilneck en Río Negro. El juez Horacio Rosatti habilitó la feria judicial y la Corte Suprema se pronunciará esta semana sobre un reclamo de Cambiemos que impugna la consulta. Un comunicado con la firma de nueve gobernadores, ocho peronistas, pidió a la Corte que se respete la autonomía de las provincias para “organizar sus propias instituciones” y “diseñar su régimen electoral para elegir sus autoridades”. El senador Pichetto fue uno de los principales impulsores de la movida. De altísima exposición en esta etapa, se tomará una semana de descanso afuera del país.

En ese espacio se confirmó la versión de que Cristina Kirchner no está dispuesta a perder en un balotaje con Mauricio Macri , versión surgida cerca de la expresidenta. No parece verosímil que la doctora Kirchner renuncie a los 30 puntos de intención de voto y se los transfiera a nadie. Pero es verdad que su candidatura es hoy uno de los principales activos a los que se aferra el macrismo. El gobierno quiere sacarse toda duda: un operador judicial muy cercano a Macri hizo contacto con un hombre de la Cámpora días atrás en una localidad de interior bonaerense y habló de “garantías a futuro” para el caso de que ella juegue y pierda.

Quienes frecuentan a Lavagna dicen que está comprometido con el país y dispuesto a evaluar todos los escenarios. Pero nadie parece muy convencido de que acepte el reto.

Un emisario oficial hizo contacto con un hombre de la Cámpora días atrás en una localidad de interior bonaerense y habló de “garantías a futuro” para el caso de que ella juegue y pierda.

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Quienes frecuentan a Lavagna dicen que está comprometido con el país y dispuesto a evaluar todos los escenarios. Pero nadie parece muy convencido de que acepte el reto.
Un emisario oficial hizo contacto con un hombre de la Cámpora días atrás en una localidad de interior bonaerense y habló de “garantías a futuro” para el caso de que ella juegue y pierda.

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