Dos décadas educando para la salud colectiva

Ciencias Médicas de la UNC cumplió 20 años. Importantes lazos unen la institución con la comunidad.

CIPOLLETTI

Desde hace 20 años, la carrera de medicina forja el lazo entre los estudiantes y la comunidad. Cientos de jóvenes y adultos del país -y del mundo- eligen formarse en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad del Comahue teniendo en cuenta el perfil del egresado. “El título es de médico, pero el egresado tiene una impronta de atención primaria de la salud y de la salud colectiva”, explicaron las autoridades de la institución.

El equipo docente y administrativo de la facultad que funciona en las calles Toschi y Arrayanes trabaja día a día en conjunto con instituciones de la zona para que se puedan implementar los proyectos y también para dar un espacio de práctica a los estudiantes. El trabajo de campo se hace en los barrios, en los centros de atención primaria y también en los hospitales. Es por eso que la celebración del 20º aniversario, que se cumplió ayer, no sólo incluirá al ámbito educativo sino más bien a toda la población. Los festejos se llevarán adelante durante todo el 2016 con la realización de jornadas destinadas para la comunidad.

Belen Coronel

bcoronel@rionegro.com.ar

En poco tiempo más docentes y estudiantes contarán con nuevas instalaciones para la carrera.

En una charla amena, con café de por medio, el decano de la Facultad de Ciencias Médicas, Miguel Vera; Susana Sánchez, secretaria académica; y María Luz Riera, de la Secretaría de Extensión, relataron los inicios de la carrera pero también lo que esperan a futuro.

En la década del 90 un grupo de visionarios armó el plan de la carrera de Medicina, plan que luego pudo ser implementado con la sanción de la ordenanza 420/96, un 25 de marzo de 1996. “Buscaban institucionalizar la carrera de Medicina, por la demanda y las necesidad de recursos humanos en la salud”, explicaron.

Dos años más tarde ingresaron los primeros 123 estudiantes y en el 2003 se trasformó en escuela. Eso sería el puntapié para que finalmente en el 2009 se pueda convertir en Facultad de Ciencias Médicas, y todo lo que eso implica: plena autonomía, pasar a ser una unidad académica, tener un presupuesto propio, “mayor madurez institucional en la toma de decisiones”, que además permite ampliación en la oferta educativa.

El decano de la Facultad de Ciencias Médicas, Miguel Vera, junto a una de sus colaboradoras, relató los inicios de la carrera en Cipolletti.

Ellos coinciden en que la base educativa es promover la salud, prevenir enfermedades y la atención de las mismas. Este eje atraviesa toda la carrera y se integra desde el primer año a través del trabajo de campo en la ciudad (centros vecinales, centros de jubilados, hospitales, instituciones deportivas y barriales, entre otros). En el segundo año, el alumno cuenta con las herramientas necesarias para comenzar a ampliar su conocimiento en otro espacio: los centros de salud de la ciudad.

“El hecho de que la universidad tenga el aspecto académico fortalece la idea de que la medicina pueda interrelacionarse con la comunidad. El trabajo interdisciplinario e interinstitucional tiene que ver con el perfil del egresado que se va fortaleciendo a lo largo de la carrera (…) se forman lazos que a veces no están visibles y hay redes que aparecen en el momento que hacen falta acciones que generan un proceso comunitario”, explicó Sánchez.

Las nuevas instalaciones de la facultad, próximas a inaugurar.

Las secretarías de la institución universitaria cumplen un rol esencial porque trabajan mancomunadamente con los integrantes de la carrera. La Secretaría de Extensión recibe cada año proyectos de investigación que son realizados por los profesores en conjunto con los alumnos.

“Este año la facultad presentó nueve proyectos de extensión. Seis están aprobados y financiados por la Universidad del Comahue y también hay voluntariados, que tienen financiación nacional, de los cuales muchos se están empezando a poner en práctica. Tratan diversos temas, desde la lactancia materna, la nutrición infantil como también de género, sensibilizar al equipo de salud para la atención integral de las trans y buenas prácticas quirúrgicas para la Línea Sur, entre otros”, enumeró Riera.

El elevado número de ingresantes y la baja cantidad de egresados, una cuestión a revisar.

Al reconocer las cosas positivas aparecen también las cuestiones a mejorar. El elevado número de ingresantes y la baja cantidad de egresados es uno de los “indicadores que no nos gusta mucho”, detalló Vera, aunque al mismo tiempo agregó que están trabajando en ese tema. Por otro lado aparecen los deseos de tener “mayor infraestructura e instituciones” y también la posibilidad de tener otro tipo de oferta académica.

Aunque transcurre el año del 20 aniversario, el trabajo para crear el médico del 2025 viene desde hace tiempo. Según indicaron, esa es una de las metas: formar a ese futuro profesional, que sin dudas no va a ser el mismo de ahora. Además de contar con otras herramientas, va a trabajar en equipo y también deberá tener en cuenta “patologías sociales” que hoy están presentes como la violencia, las adicciones y las cuestiones de sexualidad, denominadas de género. “Necesitamos que el médico del 2025 sea diferente”, concluyó con este concepto Riera.


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