Dos hermanos y un nene de 4 años desaparecieron en el Colorado
La calurosa jornada se volvió trágica cuando un joven de 24 años, su hermana de 31 y el hijo de ésta desaparecieron en el río. Pescaban allí. Uno habría caído al agua y los demás fueron detrás.
CATRIEL.- Nuevamente la tragedia tocó a esta comunidad. Un joven de 24 años, su hermana de 31 y el pequeño hijo de ésta, de 4 años, perecieron ahogados en las aguas del río Colorado en cercanías de Catriel, mientras pasaban la tarde junto a su orilla para pescar. El desgraciado episodio ocurrió en la tarde del miércoles y tras la intensa búsqueda de sus cuerpos se pudo dar con el del chiquito y el muchacho, mientras que la joven madre permanecía ayer desaparecida.
Sin terminar de reponerse de la terrible pérdida de una familia casi completa en un accidente ocurrido durante la semana pasada, que cobró once víctimas fatales, la pequeña comunidad de Catriel se vio desagradablemente sorprendida con la noticia de la búsqueda de dos hermanos y un pequeño en las aguas del río Colorado, bajo la sospecha de que podrían haberse ahogado. El transcurso del tiempo y el avance del operativo de rastrillaje confirmó la hipótesis con el hallazgo de dos de los tres cuerpos.
La trama del triste hecho comenzó cerca de las 18 del miércoles, cuando el padre de los hermanos se dirigió desde el casco urbano hasta la costa del río, al tramo que corre por detrás de los abandonados almacenes de YPF, y cerca del también desmantelado aeródromo local.
Al arribar al sitio, en uno de los varios puntos donde las picadas llevan hasta el margen del río, Norberto José Prino encontró el automóvil de su hijo, un Gol blanco, abierto, con las llaves puestas y con efectos personales de sus familiares en el interior.
Según se pudo conocer, el hombre habría recorrido los alrededores antes de dar aviso a la comisaría 9º sobre la desaparición de su hija Silvia Noemí, de 31 años, Eduardo José, de 24 y Matías, su nieto de 4 años, hijo de Silvia.
A las primeras recorridas por el sector, que se efectuaron cuando cayó la tarde se sumó un equipo de Bomberos bajo la dirección de Jorge Goinex, el jefe del cuartel local, y ya sobre la medianoche el operativo de rastrillaje de la costa y observación del curso estaba en marcha.
La primera confirmación de la suerte que habían corrido las personas buscadas se dio con el hallazgo del cuerpo del pequeño. Se lo encontró enganchado a unas ramas que se ubicaban sobre el margen, dentro del agua, a la altura de la chacra de Came, un predio abandonado. El sitio se emplaza unos cinco kilómetros más abajo del lugar donde aparentemente cayeron o se arrojaron al agua.
Cerca de las 11 de ayer se detectó a unos cinco o seis kilómetros más abajo del lugar del primer hallazgo el cuerpo del joven de 24 años. Estaba en un remanso, cerca de la margen pampeana del Colorado. Con ayuda de un gomón con motor fuera de borda los rescatistas acercaron los restos hasta las inmediaciones de la chacra de Uriburu, donde finalmente fueron recogidos.
Ayer la intensa búsqueda por el cauce y las márgenes continuó para intentar dar con la mujer de 31 años. Por el articulado recorrido del río, con varios brazos, pozones y su enmarañadas costas, tanto los efectivos policiales como los bomberos recorrían sin cesar desde el punto donde pudieron haber desaparecido, hasta Medanitos, un yacimiento petrolero emplazado a unos 20 kilómetros de Catriel.
Al parecer no era la primera vez que los hermanos llegaban hasta el río, detrás de los ex-almacenes, para practicar la pesca.
Una de las hipótesis que manejaban ayer quienes estaban plegados al operativo de búsqueda y rescate apuntaba a que probablemente el chiquito pudo haber caído al agua, o ser arrastrado mientras se refrescaba, y tanto su mamá como su tío se lanzaron tras él para rescatarlo.
El caprichoso y en extremo riesgoso curso de agua hizo el resto.
Un río correntoso, sucio y traicionero
Desde su nacimiento hasta su desembocadura, el río Colorado se llevó vidas de todas las localidades por las que pasa.
Muy correntoso, sucio y peligroso, el Colorado arrasa con grandes piedras y descartes de la producción petrolera. El traicionero curso de agua nace de la confluencia del río “Barrancas” y la “Laguna Negra”.
Ambas formaciones hídricas cobran fuerzas del deshielo de la cordillera de los Andes en Mendoza y dan vida al río Colorado entre esa provincia y Neuquén, a sólo 30 kilómetros de las altas cumbres. Por ser agua de deshielo, en épocas invernales se registraron bajantes casi extremas, dejando sólo un hilo de agua que corre débilmente hasta llegar al Océano Atlántico.
Pero cuando la nieve es abundante en invierno, para el deshielo en temporada estival, los ribereños se preparan para combatir la furia del frío río. En cuestión de pocos minutos, el Colorado puede crecer hasta un metro y medio, tomando por sorpresa a quienes viven a la vera de éste o a las personas que eventualmente buscan refrescarse del agobiante calor.
Por surcar un terreno pedregoso, el lecho del río arrasa con grandes piedras, las que se parten y recorren grandes extensiones por el curso fluvial, ocultándose mortalmente de quienes se zambullen.
Pero el peligro aumenta desde Rincón de los Sauces hasta Catriel, pasando por 25 de Mayo en la provincia de La Pampa.
En su paso por Catriel, es “tortuoso, dividido en brazos y con pozones”, donde el agua se arremolina. De esta manera describió al curso de agua la autoridad local del Departamento Provincial de Aguas (DPA), la ingeniera Viviana Hernández. Más alla de toda caracterización, los pobladores en su mayoría reconocen la peligrosidad del río para sumergirse en sus aguas, por su cauce caprichoso, de aguas oscuras y orillas enmarañadas por la presencia de ramas y raíces.
A la altura de la ciudad y sus inmediaciones, no existe balneario habilitado para tal fin, pero hay algunos puntos donde los conocedores de la zona suelen concurrir para zambullirse en épocas calurosas, aprovechando pequeños tramos de arena que ofician de playas. Pero a poca distancia de la orilla, el río cambia su tranquilidad por fuertes correntadas y remolinos provocados por los denominados “pozones”.
La producción petrolera de esta zona, dejó poco más de 200 kilómetros a lo largo del curso con desperdicios de esa actividad, tales como fierros pesados, partes de equipos de bombeo, planchones de hierro y elementos que las empresas califican de “descarte”.
Una tragedia similar ocurrió hace dos años
La trágica muerte de los tres familiares se dio exactamente a dos años del fallecimiento, también en las aguas del río cerca de Catriel, de un joven de apellido González. Pero además, la fatalidad no da lugar a la razón, pues la joven madre que aún es buscada en el curso del Colorado no vivía en Catriel, sino que había llegado hasta aquí con su hijito desde Buenos Aires, para visitar a sus padres y hermano.
Hace dos años, el 19 de febrero, el joven Alfredo González fue a bañarse al río, en un punto distante al marcado por la tragedia del miércoles pasado. Pereció ahogado y se transformó en la última víctima del río al menos en esta zona, hasta el desgraciado acontecimiento de esta semana.
Por versiones vertidas por conocidos de la familia Prino, se pudo establecer que años atrás residieron en Catriel, y luego el trabajo en una compañía petrolera del padre del núcleo, hizo que se trasladaran a Rincón de los Sauces. Hace unos cuatro meses Norberto Prino y su esposa volvieron a asentarse en Catriel.
Con ellos vivía Eduardo, el joven de 24 años y una de sus hijas, Silvia, llegó desde la provincia de Buenos Aires días atrás para visitalos en compañía de su hijo Matías Gracias, de 4 años.
Ayer, al caer la tarde, el equipo de bomberos que siguió abocado a la búsqueda del cuerpo de la mujer tras recuperar durante la madrugada y la mañana del jueves los restos del niño y el joven, suspendió por unas horas el operativo, para reanudarlo hoy, con las primeras horas de luz natural.
CATRIEL.- Nuevamente la tragedia tocó a esta comunidad. Un joven de 24 años, su hermana de 31 y el pequeño hijo de ésta, de 4 años, perecieron ahogados en las aguas del río Colorado en cercanías de Catriel, mientras pasaban la tarde junto a su orilla para pescar. El desgraciado episodio ocurrió en la tarde del miércoles y tras la intensa búsqueda de sus cuerpos se pudo dar con el del chiquito y el muchacho, mientras que la joven madre permanecía ayer desaparecida.
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