Dramatismo en un incendio con una víctima fatal

El fuego arrasó una casa del barrio Villa Ceferino.

NEUQUEN (AN).- Los desesperados intentos de los vecinos resultaron vanos para rescatar a un joven que murió atrapado entre las llamas al incendiarse una vivienda, la madrugada de ayer en el barrio Villa Ceferino. Un hermano y un amigo resultaron con quemaduras de distinta consideración y debieron ser internados, pero sus vidas no correrían peligro. Milagrosamente, fue rescatada de entre el fuego y el humo, una beba de un año y medio.

El vecindario se vio conmovido por el trágico episodio y se vivieron momentos de hondo dramatismo cuando, impotentes, los espontáneos socorristas se vieron imposibilitados de rescatar a Martín Lanci, de 23 años, la víctima que fue incinerada por el fuego.

Entre la resignación y el dolor hubo escenas de heroísmo, protagonizadas por los vecinos que a riesgo de sus vidas acudieron en auxilio de los habitantes de la casa. Tal el caso de un padre y su hijo de 15 años, quienes sin medir riesgos se abalanzaron entre el fuego y rescataron a Reynaldo Antonio Lanci, de 17 años. Otro joven, Guillermo González, fue el único que abandonó el infierno de las llamas por sus propios medios y salió a pedir ayuda. Resultó con quemaduras en distintas partes del cuerpo.

Una beba fue rescatada por un colaborador antes de que fuera alcanzada por el fuego y resultó ilesa.

El gesto solidario de los vecinos por ayudar a las víctimas no conoció de límites y hubo quienes, presas de la desesperación, llegaron a derribar un sector de la pared de la vivienda para socorrer a los jóvenes. En este intento, no llegaron a tiempo.

Los familiares y el jefe el Departamento de Bomberos de la policía provincial, coincidieron en señalar que no se conocían cuáles fueron las causas del siniestro. Aunque los primeros, sin mayores precisiones, lo adjudicaron a un probable cortocircuito, el comisario René Lizama dijo que «lo poco que podemos decir hasta el momento sobre los orígenes del fuego es que no fueron por problemas de electricidad o gas».

El incendio se registró a la una de ayer en una vivienda modesta, construida de ladrillos y techo de chapas a dos aguas, en la calle Lago Meliquina casi Arabarco, en el corazón de la populosa barriada.

La propietaria de la casa 12 de la manzana 18, Ana Quiñihual, es abuela de los Lanci.

«Yo estaba en el trabajo, cuido a una anciana discapacitada. Se habían quedado mis nietos, el amigo, mi otra hija Laura que tuvo que salir y no estaba cuando ocurrió el incendio, y la beba. No sé que pudo pasar, ellos -los jóvenes- siempre se iban a mi pieza a escuchar música en el grabador. Para mí fue un cortocircuito», dijo la mujer.

Comentó que Martín había venido a su casa hace una semana, ya que habitualmente vive con su madre en un puesto que tienen en la zona de meseta. «Reynaldo vive conmigo, pero en realidad todos los nietos vienen siempre a la casa y se quedan varios días», añadió con profundo dolor la mujer.

Añadió que Reynaldo estaba internado en el hospital Castro Rendón con heridas graves. También fue internado González, quien presentaría quemaduras principalmente en las manos y brazos y el pecho.

El fuego prácticamente inutilizó todo el mobiliario de la casa. Aunque afectó particularmente los dormitorios, el humo y el calor dañaron los muebles de la cocina-comedor. «He quedado sin nada», comentó Ana, aunque dijo que había recibido la visita de asistentes sociales del municipio.

Los vecinos se mostraron críticos hacia los bomberos, porque dijeron que se habían demorado mucho. Sin embargo, desde ese organismo se precisó que «recibimos el llamado a la 1.12 y se llegó al lugar a la 1.16. No podíamos demorar mucho más, porque el cuartel está a sólo diez o doce cuadras».

«Fue un horror ver cómo se quemaba la casa y no poder hacer nada sabiendo que había una persona adentro. No puedo describir tanto dolor e impotencia. Nunca nos había pasado algo así en el barrio», dijo Mercedes Garrido, una vecina que aún en la tarde de ayer no podía evitar emocionarse al relatar la tragedia.

Interrogantes que no cierran

«Descartamos que el fuego haya sido provocado por un problema eléctrico o una pérdida de gas. De todos modos, estamos desarrollando una profunda investigación pericial porque hay cosas que no cierran», dijo el comisario René Lizama, del Departamento de Bomberos. Se abstuvo de dar otra precisión.

Ante la consulta, los familiares de las víctimas y los vecinos dijeron que no habían observado ningún hecho anormal en la vivienda, antes de producirse el incendio. Todos coincidieron en que al ser alertados se abocaron a tratar de controlar las llamas y cualquier otro detalle quedó de lado.

«El origen del fuego fue violento», lo que dio lugar a una rápida propagación por el interior de la habitación donde comenzó el siniestro, se informó desde Bomberos. (AN)


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