“Dueño de su silencio y esclavo de sus palabras”

Esta carta es en respuesta al señor Juan Cristóbal Díaz Ortiz. El sábado 18/2/2012 al leer su carta aludiendo al tema Malvinas, en lo que podemos o no estar de acuerdo si se está haciendo bien o no la gestión por parte del gobierno democrático (no se olvide que a la presidenta la eligió más del 50% del electorado), realmente sentí vergüenza ajena a medida que iba leyendo la misma, en la que le pide disculpas al gobierno inglés y la remata con un “Dios salve a la reina”. ¿Usted leyó bien lo que escribió? Pues como argentino no se puede admitir. ¿Se puso a pensar en los soldados muertos en el crucero General Belgrano, gracias a una orden de quien manejaba los hilos del gobierno de sus “amigos” los ingleses (la dama de hierro)? ¿O en los padres de quienes dejaron la vida en las islas, en los soldados sobrevivientes a los que nunca les hemos rendido el homenaje que se merecen? Sería bueno que no se arrogue facultades que no le pertenecen, porque más allá de todo, estoy convencido de que ningún buen argentino le dará las gracias al embajador ni al primer ministro inglés y menos le deseará que Dios salve a la reina, como lo hace usted. Señor Díaz Ortiz , usted es dueño de pensar lo que quiera, pero tenga en cuenta que uno es dueño de su silencio y esclavo de sus palabras. Víctor Hugo Pol’la, DNI 8.119.614 Cipolletti


Esta carta es en respuesta al señor Juan Cristóbal Díaz Ortiz. El sábado 18/2/2012 al leer su carta aludiendo al tema Malvinas, en lo que podemos o no estar de acuerdo si se está haciendo bien o no la gestión por parte del gobierno democrático (no se olvide que a la presidenta la eligió más del 50% del electorado), realmente sentí vergüenza ajena a medida que iba leyendo la misma, en la que le pide disculpas al gobierno inglés y la remata con un “Dios salve a la reina”. ¿Usted leyó bien lo que escribió? Pues como argentino no se puede admitir. ¿Se puso a pensar en los soldados muertos en el crucero General Belgrano, gracias a una orden de quien manejaba los hilos del gobierno de sus “amigos” los ingleses (la dama de hierro)? ¿O en los padres de quienes dejaron la vida en las islas, en los soldados sobrevivientes a los que nunca les hemos rendido el homenaje que se merecen? Sería bueno que no se arrogue facultades que no le pertenecen, porque más allá de todo, estoy convencido de que ningún buen argentino le dará las gracias al embajador ni al primer ministro inglés y menos le deseará que Dios salve a la reina, como lo hace usted. Señor Díaz Ortiz , usted es dueño de pensar lo que quiera, pero tenga en cuenta que uno es dueño de su silencio y esclavo de sus palabras. Víctor Hugo Pol’la, DNI 8.119.614 Cipolletti

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