Durante el juicio quedó demostrado cómo cometieron el crimen

BUENOS AIRES (DyN).- El destino de Axel Blumberg quedó sellado el 16 de marzo de 2004, cuando Martín «El Oso» Peralta visitó a los hermanos Díaz y les propuso «salir a trabajar de caño», según quedó demostrado durante los tres meses y medio de audiencias en el juicio por el secuestro y asesinato del hijo del ingeniero Juan Carlos Blumberg.

A la noche del día siguiente, el trío se lanzó a las calles acompañado de Mauro Maidana, cada uno con un arma corta y en un coche robado, cuando se toparon con Axel, quien estacionaba el auto frente a la casa de su novia, en Borrego 1.579, Martínez. Lo redujeron a punta de pistola y de allí se lo llevaron secuestrado a la casa que los hermanos Díaz habían alquilado en la calle Goya 1.408, en Moreno, donde lo mantuvieron cautivo mientras Peralta negociaba con Blumberg padre la entrega de 50 mil pesos de rescate.

Hacia el día 22 Juan Carlos Blumberg consiguió reunir 14.500 pesos y se dirigió a entregarlos como rescate a la estación de servicio Rhasa, en ruta 202 y Panamericana, pero la aparición en la zona de una patrulla de inteligencia de la SIDE hizo fracasar el pago. Esa noche Axel aprovechó un descuido de sus captores para deshacerse de las ataduras, saltar el alambrado que rodeaba la casa y emprender la huida a la carrera, pero José Díaz, Miño y un menor de edad lo persiguieron a tiros hasta atraparlo y meterlo en el baúl de un Fiat Uno.

Entonces Peralta y los hermanos Díaz debatieron qué hacer con Axel y resolvieron matarlo, con el argumento de que los había visto y podía reconocerlos.

Partieron los tres en el coche con «El Oso» Peralta al volante y al llegar a un pequeño basural en Santa Teresa de Jesús, de La Reja, lo hicieron bajar del baúl del auto.

«El pibe no dijo nada» al aceptar mansamente apartarse del coche y echarse al piso junto a la pila de residuos, donde según las declaraciones leídas en la requisitoria, José «El Negro» Díaz le efectuó un solo disparo de revólver calibre 38 a la cabeza.