Ecocentro: donde la ciencia acompaña al turismo

Desde el 15 de junio de este año, los turistas tienen una posibilidad más profunda de contactarse con las ballenas que a través de los avistajes o de la compra del clásico ícono que viste casi todos los escaparates de Puerto Madryn. En Ecocentro, un sitio ubicado en un sector alto con una gran vista del golfo Nuevo, a pocos minutos del centro de la ciudad, los visitantes pueden recoger amplia información sobre la vida no sólo de las ballenas sino de los más característicos integrantes de la fauna de la Península Valdés.

Grandes paneles luminosos, montados con delicado diseño grafican mediante un selecto criterio didáctico interesantes datos acerca de los animales de la región. Explican, por caso, que los elefantes marinos son seres extremos debido a las profundidades que alcanzan -más de 1.000 metros- entre otras características que les permiten batir récords.

Sobre las ballenas en tanto, cuentan los paneles que existen dudas acerca del motivo que les hace a estos cetáceos realizar extrañas piruetas en el mar. Deslizan, a modo de interrogante, que el salto de la ballena, ése que produce cuando sale del agua varios metros y cae pesadamente haciendo un fuerte estruendo y el reiterado golpeteo de la cola contra el agua podrían ser medios de emisión de mensajes para otras ballenas que a varios kilómetros puedan oírlos. Esbozan también, que la postura que realizan estos animales cuando permanecen alrededor de 20 minutos con su cola fuera del agua, como haciendo la vertical, podría servirles para escuchar, utilizando la aleta caudal como antena parabólica.

El lugar está equipado con varias computadoras para navegar por Internet, con libros escritos por los propios científicos del Conicet, con videos y material didáctico para todos los niveles escolares. Los investigadores colaboran con esta institución ya que la Fundación Ecocentro les financia los proyectos y luego los difunde.

«Las ballenas son una especie que se está recuperando, llegan a esta zona en su etapa de mayor sensibilidad, tanto de las madres que permanecen en un largo ayuno como de las crías que recién nacen», expresó Valeria Falabella, coordinadora del programa científico del lugar. La bióloga considera que por eso, los avistajes deberían controlarse más para no afectar la tranquilidad de los ejemplares.

Propone en tanto, que se desarrolle la actividad turística poniendo como base el conocimiento. Que se instruya a quienes visitan la zona acerca de las características de las especies que viven en el lugar «para que entiendan lo que están viendo», afirma.

La inversión para la construcción y montaje de Ecocentro demandó alrededor de 3 millones y medio de pesos aportados por una empresa privada. Lo maneja una fundación sin fines de lucro. Las escuelas chubutenses ingresan sin costo, mientras que los turistas y estudiantes de otras provincias pueden acceder abonando un monto que va desde los cuatro a los siete pesos por persona. (E.E.)