La producción de Río Negro y Neuquén se readapta por el calor, el granizo y la sequía

La producción agropecuaria regional presenta nuevas formas para adaptarse al cambio climático y evitar millonarias pérdidas en las cosechas. Se cambian variedades, fechas de siembra, de riego, sistemas de defensa y se buscan nuevos lugares para producir que estén menos expuestos a los daños.

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Los expertos en meteorología coinciden: el mundo será más cálido y diferente en las próximas décadas. Y en base a esa premisa, desde la Facultad de Ciencias Agrarias (Faca) de la Universidad del Comahue trabajan sobre el nuevo escenario.

Río Negro publicó hace una semana un informe con los datos que explican cómo se ha modificado el clima en la región. Hubo más fruta asoleada por los golpes de calor y deformada por las heladas tardías. Los inviernos son más cálidos, se incrementa de radiación ultravioleta y los vientos secos.

Ahora se le consultó al profesor de la materia Climatología Agrícola, Agustín González, cuáles son las adaptaciones que se observan en la región. Éste fue su análisis, al considerar distintos aspectos:

• Cambios en la actividad agropecuaria: “En el Alto Valle aún predomina la fruticultura de manzanas y peras en un 90 %, pero va en aumento la superficie destinada a las pasturas y el maíz. En frutales se plantan más frutos secos y carozos. Se empieza a probar nuevas variedades de uvas resistentes al calor”. ­

•Cambios en la forma de producir: “Con el ejemplo de las heladas tempranas del 30 de octubre y 1 de noviembre del 2022 que dejaron un gran daño, se tendrá que definir la fecha de siembra en cultivos anuales y hortalizas; o pensar en estrategias de protección de cultivos como invernaderos y túneles, hasta que pase la fechas de peligro”.

• Riego, altas temperaturas y baja humedad : “Estos factores hacen que la demanda de agua para los cultivos aumente y sea necesario ajustar los riegos, en especial en cultivos agrícolas que demandan más frecuencia. Y no siempre el sistema de riego lo puede ofrecer por el turnado.

• Plagas: “Aparecen enfermedades que antes no se expresaban o lo hacían levemente. Por ejemplo sarna del manzano y peral, mosca de la fruta, gorgojo de la alfalfa y otras”.

• Cambios en la cosecha: “La fecha de floración en fruticultura y su duración determinan en gran medida la fecha de cosecha. Esta vez la floración de adelantó cinco días en manzanas Red y eso generó un alargamiento de la edad del fruto a cosecha”.

• Granizo, heladas, asoleado: “Distintas estrategias se van adaptando para que el clima no afecte. Las mallas antigranizo también ayudan controlar el asoleado. La siembra de coberturas interfilares mejoran el asoleado, además de prestar otros servicios ecosistémicos”.

• Cambio de sitios: “Un ejemplo es la producción de cebolla. Tradicionalmente se hacía en la zona de CORFO (Buenos Aires). Por el bajo caudal del río Colorado y el aumento del calor, la producción migró al Valle Inferior del río Negro”.

El docente de Agrarias consideró a la agroecología como la herramienta que emerge como alternativa para hacer frente al cambio climático por su enfoque holístico, integrado y con sistemas agroalimentarios sostenibles.

Herramientas para los productores

El cambio climático se aceleró y daña más: heladas y granizo fuera de la época habitual, frutas asoleadas, estrés hídrico, maduración temprana, falta de tamaño, color, etc.

Ese es el diagnóstico con el que trabajan en la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCo.

Para brindar herramientas a las productores, alumnos y a la comunidad en general, el 24 y 25 de abril se realizarán en la sede de Cinco Saltos las jornadas de extensión “Investigar y enseñar para la agroindustria”. Allí se presentarán las líneas de investigación y el impacto del cambio climático será un tema clave de análisis.