Ecuador importará el modelo chileno de seguridad

GUSTAVO CHOPITEA (*)

Contra lo que uno podría pensar, Rafael Correa, el presidente de Ecuador de conocida militancia “bolivariana”, no recurrirá, al menos ostensiblemente, ni a Cuba ni a su afín Venezuela para “asesorarse” acerca de la manera en que debe reestructurar la policía y los servicios de investigación de los delitos que se cometen en su país sino, en cambio, a Carabineros de Chile, cuyos manuales y prácticas tomará como ejemplo. El exitoso modelo chileno de protección de la seguridad personal será entonces tenido como ejemplo en Ecuador. Después, al tiempo de observar cuál es la realidad concreta, veremos si esto se hace sinceramente o no. O si sólo es una movida “para la galería”. El anuncio de marras lo hizo el propio Rafael Correa al regresar de una visita reciente a la Antártida realizada en conjunto con el presidente de Chile, Sebastián Piñera, que utiliza inteligentemente el Continente Blanco como una de sus múltiples plataformas para promover a Chile. Alguno seguramente recordará al leer esto que los reclamos soberanos de Chile sobre la Antártida se sobreponen a los de nuestro país, por esto la visita genera alguna cuota de preocupación. Cabe preguntarse, por ejemplo, si nuestra mandataria, que obviamente prefiere viajar lujosamente al exterior (aunque sin llevar mayores mensajes ni sustancia y sin obtener resultados que puedan aplaudirse legítimamente), no debería ahora hacer, también ella, algo parecido en nuestro extremo sur. De esta manera Chile responde concretamente a las urgencias de Ecuador después de la asonada policial del 30 de septiembre pasado (a la que se intentó disfrazar perversamente de “golpe de Estado”, de modo de victimizar a Rafael Correa) que inquietó particularmente a Chile, a punto tal que el propio Piñera fue el único mandatario de la región que visitó inmediatamente, luego de ella, a Correa en Ecuador (en una visita de 12 horas) ofreciendo la asistencia que ahora, parecería, ha podido concretar. Los espacios se llenan. Recordemos que al comienzo de la gestión nuestra mandataria visitó Ecuador, donde fue condecorada con la pompa del caso. Viaje que, como es habitual, fue difundido profusamente por los medios afines al gobierno en nuestro propio país, con los corifeos de turno emitiendo sus consabidos comentarios laudatorios. A cambio, nuestro país prometió financiar la construcción de una represa hidroeléctrica en Ecuador, a la que sin embargo se aplica aquello de “si te he visto, no me acuerdo”, porque brilla por su ausencia como tantas obras o emprendimientos públicos que son “inaugurados” (varias veces) en nuestro propio medio. Una pena. (*) Analista del Grupo Agenda Internacional


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