Ecuador medita el voto en medio de apatía, tensión y poco debate

Anoche comenzó la veda electoral, poco antes del decisivo plebiscito que definirá la suerte de la Asamblea Constituyente y el futuro del gobierno de Correa.

QUITO (AP/ DPA)- Los ecuatorianos entraron ayer en un período de reflexión tras una campaña política dominada por la apatía, aunque lo que está en juego el próximo domingo es la posibilidad de aprobar o no una asamblea constituyente que tendría facultades para transformar nada menos que el modelo del Estado vigente. Desde ayer y hasta el mediodía del lunes también está vigente la prohibición de vender y consumir licor.

Según la Organización de Estados Americanos (OEA), en esta campaña la tensión política superó al debate sobre la posibilidad de transformar el Estado.

La misión, que se encuentra en el país observando el proceso electoral , en su primer informe hizo reiteradas menciones del ambiente político «contencioso'' previo al referendo. «La campaña política se ha desarrollado en un marco de confrontación, haciendo que las propuestas y los planteamientos sobre el alcance de la consulta popular queden relegados a un segundo plano'', indicó el informe escrito.

A ello se suma la crisis política desencadenada hace un mes cuando el Tribunal Supremo Electoral destituyó a 57 de los 100 legisladores del Congreso por obstruir la consulta popular.

Los congresistas rechazan la resolución y pugnan por regresar a sus cargos. La delegación de la OEA recalcó que «tiene particular relevancia el ambiente contencioso que vive el país como consecuencia de la destitución'' de los legisladores y de las decisiones judiciales pendientes en esta materia.

Más allá de los pocos actos proselitistas que se han evidenciado en esta campaña política, la población prácticamente se ha mantenido al margen de las demostraciones públicas y tampoco es fácil encontrar en las calles propaganda alusiva a la trascendental decisión que se apresta a votar.

Los actos proselitistas a favor de esta iniciativa propuesta por el gobierno del presidente Rafael Correa han tenido como principal protagonista al propio jefe de Estado, quien goza de una popularidad superior al 70% tres meses después de asumir el poder. Las fuerzas de oposición aglutinadas en la Unión Demócrata Cristiana y al Movimiento Libertario rechazan la asamblea con el argumento de que el plan de Correa de refundar un sistema político que califica de «caduco'' abre la puertas a conductas «dictatoriales» del mandatario.

Más allá de los pocos actos proselitistas que se han evidenciado en esta campaña política, la población prácticamente se ha mantenido al margen de las demostraciones públicas y tampoco es fácil encontrar en las calles propaganda alusiva a la trascendental decisión que se apresta a votar. Aparte de unos cuantos anuncios de radio y televisión, que estuvieron lejos de copar espacios, la campaña se ha centrado en una disputa mediática en la cual Correa, ajeno a su práctica, ha buscado entrevistas diarias en varios medios de comunicación, al igual que dirigentes opositores.

Según una encuesta de la privada Cedatos, un 63% de los ecuatorianos se pronunciará a favor de la Constituyente, 20% lo hará en contra y 17% votará en blanco o anulará el sufragio. Más de 9,1 millones de ecuatorianos han sido convocados, pero se espera la participación de unos 6,2 millones de electores y el mandatario requiere de unos tres millones de sufragios para que triunfe su plan de Constituyente, considerando un 30% de ausentismo y los blancos y nulos.


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