Trampas que rompen rutas

El revuelo que ocasionó la noticia del ingreso de los primeros “supercamiones” en las rutas a los yacimientos en Vaca Muerta para abastecer a la industria petrolera revelaron un costado poco debatido sobre la seguridad vial en la zona: la falta de controles que hace que miles de camiones con sobrepeso dañen los ya de por sí problemáticos caminos de la región.

En lo exterior, los denominados “supercamiones” no se diferencian demasiado de uno normal. Una modificación en el sistema de suspensión les permite trasladar hasta un 26% más de carga, de 44 a 55,5 toneladas, y reducir los costos entre el 19 y 28%. La polémica comenzó porque en nuestras rutas el máximo permitido es de 45 toneladas, por lo cual diversos sectores manifestaron su temor por el impacto en las rutas 22, 151, 7,17 y 51 del corredor entre Bahía Blanca y Vaca Muerta, que ya sufren una plaga de ondulaciones, serruchos, baches y deformaciones por el sobreuso y la falta de mantenimiento. Los transportistas aclararon que el sistema no implica un cambio en dimensiones ni en la distribución de peso por eje y que las modificaciones en los sistemas de suspensión y frenado mantienen la seguridad.

Sin embargo, en la discusión quedaron en evidencia datos preocupantes. Vialidad de Neuquén informó que la mitad de los camiones controlados en las rutas de acceso a Vaca Muerta circulan en infracción, sea por exceso de carga o por tener mayores dimensiones a las autorizadas. También que entre Cipolletti y Buenos Aires los controles de peso son casi inexistentes, no sólo a los camiones petroleros sino también a los de fruta y otras cargas. Vialidad Nacional sólo dispone de puestos fijos de control en Chichinales y Senillosa sobre la Ruta 22 y en la Ruta 231, en el paso internacional Samoré. Neuquén también realiza controles con básculas móviles.

Sin embargo, resultan insuficientes para los 1.200 vehículos pesados diarios que circulan por el corredor petrolero, sin contar el resto del Alto Valle y Valle Medio. Muchos transportistas logran burlarlos mediante varios sistemas. Grupos de Whatsapp avisan de su localización y les permiten tomar desvíos o rutas alternativas, otros “saturan” los puestos de control con caravanas donde los camiones “reglamentarios” van delante y los excedidos más atrás para que puedan pasar disimulados, circulan de noche o en horarios cuando no funcionan los puestos de pesaje, entre otros. Al mismo tiempo, las multas que se aplican son tan bajas que no tienen efecto disuasorio.

Para graficar el impacto, Vialidad Nacional calcula que un solo eje de 10 toneladas (máximo permitido) genera el mismo daño acumulado a la capa asfáltica que 10.000 ejes de automóvil de una tonelada. Un sobrepeso del 10% en un solo eje agrava un 46% el daño a la ruta.

La sobrecarga sistemática hunde el pavimento y genera huellas profundas que dificultan la conducción de vehículos menores y el efecto “aquaplaning” (pérdida de adherencia) en días lluviosos. Los baches y piedras sueltas generan roturas y accidentes. Además, los camiones sobrecargados rompen elásticos y neumáticos con más frecuencia y necesitan un 40% más de distancia de frenado, un riesgo extra para el tránsito.

Ante esta situación, la posibilidad de un tren de carga entre Bahía Blanca y Vaca Muerta, obra que se licitaría a fin de mes, representaría un alivio para la presión que soportan las rutas de la región. No sólo porque es una alternativa más económica de transporte de arenas y equipos pesados a la zona petrolera, sino porque combinaría con envíos de fruta y carga en los viajes de regreso. Sin embargo, en los cálculos más optimistas su concreción demandaría al menos tres años.

En el intermedio, urge una mejora en los controles de las cargas en toda la región, con una mayor coordinación entre Vialidad Nacional y las provincias. Además, sanciones más efectivas a los infractores que incluyan además de multas compensaciones a los daños producidos que permite la ley 24449 (artículo 57º) y penas de inhabilitación para los reincidentes. La salud de las deterioradas rutas de la región y la seguridad de quienes transitan allí a diario lo requieren.


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