Educación: el optimismo oficial

El año lectivo 2011 finalizó con discursos oficiales sobre acceso a nuevas tecnologías y softwares libres en secundarias, libros gratuitos, campañas de lectura, ingreso de sectores vulnerables y un optimismo desmedido sobre el efecto de estos materiales en el aprendizaje, mejora de la calidad, posicionamiento educativo y reducción de la violencia en el ámbito escolar. En el cierre del 2011, el ministro de Educación, Alberto Sileoni, anticipó uno de los ejes de la gestión 2012, que será la temida evaluación docente a nivel nacional, impulsada por la presidenta Cristina Fernández. El ministro fijó también la “línea” en su última presentación en los Encuentros por la Educación, meses atrás en la Universidad Nacional de Córdoba, donde apuntó a terminar con una de las “tantas mentiras que se componen en la Argentina de hoy”, que es “la idea de que la educación está en una crisis permanente”, aunque admitió que si bien 8 de 10 alumnos están en el secundario, egresa “la mitad”. Las cifras que, a cuentagotas, se distribuyeron a nivel nacional del Operativo Nacional de Evaluación (ONE) del 2010, al difundir recientemente sólo una muestra censal y dejar lo más grueso para marzo del 2012, evidencia bajas performances en materias gravitantes como Lengua, principalmente en el norte del país, a semejanza de las de los 90. La prueba censal a los estudiantes de los últimos años del secundario, difundida semanas atrás, presenta lecturas particulares sobre los resultados, al estudiar rendimientos por segmentos de alumnos y no conocimientos sobre el plan de estudios en las cuatro asignaturas que fueron relevadas: Lengua, Matemáticas, Ciencias Naturales y Ciencias Sociales. Tampoco los alumnos argentinos del tercer año secundario, que deberían contar con 15 años de edad, tuvieron un buen desempeño en Lengua y Comprensión Lectora en la prueba internacional PISA, quedando muy abajo de la lista de países que participaron en la competencia. Sin embargo, Sileoni, ya en la segunda etapa de su gestión, prometió que la cartera no abandonará la participación del país en la muestra, ya que quiere mantener vigente la comparación. Sileoni admitió también que las bajas performances en Lengua, la pobreza del lenguaje de los estudiantes, dificultades en comprensión y el escaso universo de conocimiento se deben al excesivo uso de las tecnologías y redes sociales, precisamente las “estrellas” del año. El optimismo del gobierno nacional respecto de la reducción de la brecha tecnológica y el posible ingreso a la sociedad del conocimiento de alumnos y docentes con tan sólo dominar una netbook y llevarla al hogar, se dio “de bruces” al conocer casi al final del 2011 la letra chica del informe del programa Conectar Igualdad. Las conclusiones generales difundidas por la cartera sobre docentes, alumnos y padres, relevadas sobre el “impacto” de las netbooks en la vida escolar y social, hablaron de “reducción del ausentismo” de jóvenes humildes, la “baja” de hechos violentos en las aulas y el mejoramiento de la “participación”, que incluyeron por primera vez y, vale destacarlo, a jóvenes con necesidades especiales. Sin embargo, en las lecturas “finas” de algunas afirmaciones de profesores de distintos puntos del país, entre ellos provincias patagónicas, alertaron sobre el “excesivo uso de las computadoras, redes sociales y juegos en el aula”, que en algunos casos “no diferenciaban la clase de un cíber” y la preocupación por la escasa aplicación pedagógica de las máquinas y la demanda de políticas públicas de capacitación en el uso educativo de las tecnologías. Los padres también fijaron su postura sobre las TIC: por un lado, el ingreso al hogar de una herramienta impensada de igualamiento social con otros sectores y, por el otro, la preocupación por la pasividad de los jóvenes y la utilización en exceso. En lo pedagógico, en junio surgieron datos polémicos sobre una prueba de la Unesco sobre escritura, que mostró que la Argentina se ubicó detrás de Cuba, Uruguay y Chile en el estudio que abarcó normas ortográficas y caligráficas realizado a alumnos de tercer y sexto grados de 16 países de América Latina y el Caribe. De cada 10 alumnos argentinos, entre 7 y 9 “presentaron escritos que dificultaron su desciframiento” en caligrafía, precisó el informe “Escritura. Un estudio de las habilidades de los estudiantes de América Latina y el Caribe”, difundido por la Unesco, que recibió diversas lecturas de especialistas y académicas, y escasa y casi nula devolución oficial. El balance del Palacio Sarmiento de gestión del 2011 abarca un comparativo con la gestión iniciada por el ex presidente Néstor Kirchner en el 2003 y de ahí una de las conclusiones es la creación, en ocho años, de nueve universidades públicas, especialmente en los conurbanos. La educación en cifras del ministerio establece que la inversión del 2002 del 2% del PBI saltó a 6,47 en el 2011; que los salarios de los maestros del 2003 a este año crecieron 528% y que los sueldos de los profesores universitarios treparon en ocho años 560%. En su encuentro de reflexión en Córdoba, el ministro anticipó: “Estamos desafiando y compartiendo la proyección de la educación de aquí a diez años, en dos términos: la educación hacia el segundo bicentenario 2011-2016 y 2016-2021 las metas de Iberoamérica”. (*) Periodista especializada en temas de educación

LAURA HOJMAN (*) DyN


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