EE. UU. culmina una histórica reorganización de su inteligencia

Habrá un "zar" que unirá a 16 agencias y manejará el presupuesto.

WASHINGTON (AFP) – El Congreso de Estados Unidos dio su aprobación final ayer a una histórica reorganización de los servicios de espionaje, que según los legisladores reducirá el riesgo de ataques terroristas como los del 11 de setiembre de 2001.

Por una votación de 89-2, el Senado aprobó abrumadoramente la legislación para reconfigurar el servicio de espionaje de Estados Unidos, estableciendo un «zar» de inteligencia a la cabeza de los servicios de espionaje, entre otras reformas. La legislación sin precedentes fue aprobada por la Cámara por 336 a 75 votos.

La ley pasa ahora a la oficina del presidente George W. Bush para su promulgación. La legislación adopta las recomendaciones de la Comisión el 11-S. Los ataques demostraron que el dispositivo de inteligencia creado para combatir el comunismo no era eficaz para enfrentar las amenazas del nuevo siglo, dijeron varios oradores. Sin embargo, los expertos creen que la ambiciosa e histórica reforma no será fácil de aplicar y está por verse si realmente solucionará el mal funcionamiento del sector.

La reestructuración del sistema crea un nuevo puesto de super-jefe de anti-terrorismo denominado Director de Información Nacional (DNI).

Quien asuma en este nuevo cargo tendrá bajo su jurisdicción la CIA y otros 15 organismos, de los cuales muchos dependen del Departamento de Defensa. El director de inteligencia no será miembro del gabinete presidencial, pero tendrá autoridad para enviar agentes de inteligencia a todas partes del mundo para vigilar a grupos como al-Qaeda, así como espiar a naciones que Washington considera fomentan el terrorismo.

La nueva ley duplicará las fuerzas de seguridad estadounidenses en sus fronteras. En los próximos cinco años, se sumarán unos 21.000 agentes fronterizos, 4.000 agentes de Aduanas e Inmigración para el 2010, y se dispondrán de 40.000 plazas de detención más para «ilegales».

Además se establecerá un centro nacional contra el terrorismo para la planificación de operaciones estratégicas en el país y en el exterior.

«Esta nueva ley no hará mal, aunque las novedades positivas que aportará no están del todo claras», señaló Richard Betts, especialista de la Universidad de Columbia. El Washington Post se mostró más escéptico sobre «una reforma apresurada» y temió la interferencia de «la política electoral » del año pasado.

El almirante Stansfield Turner, director de la CIA durante la presidencia del demócrata Jimmy Carter, considera normal sacarle el peso de la gestión día a día de la CIA al responsable global de información. Por otra parte, entiende que es indispensable «darle otros poderes: la autoridad de establecer el presupuesto para 15 agencias (bajo su tutela), de ordenar a sus agencias qué (información) deben recolectar y cuándo, y establecer las prioridades». Turner prevé que las resistencias serán fuertes y que «cada uno querrá defender su territorio», en especial el Pentágono.

De hecho, el secretario de Defensa Donald Rumsfeld y el jefe del estado mayor conjunto general Richard Myers intentaron poner trabas a esa reforma .


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