El 30% de los estudiantes de la UNC son fumadores habituales

NEUQUEN (AN).- Tres de cada diez estudiantes que concurren a la Universidad Nacional del Comahue, son consumidores habituales de tabaco. Estos datos se desprenden de las últimas estadísticas que la institución publicó en 2002. La institución tiene unos 25.000 estudiantes y para este año se prevé el ingreso de 4.000 nuevos alumnos.

Los carteles que alertan sobre la prohibición de fumar en las aulas, están, pero la gran mayoría del alumnado y del personal que trabaja en la universidad, parece no notarlo.

La universidad tenía en vigencia una ordenanza del año 1993 que impedía fumar dentro de ese ámbito, especificados como las aulas, laboratorios y la sala del Consejo Superior. En la práctica esta norma nunca fue respetada totalmente.

La alta casa de estudios promulgó la semana pasada una nueva disposición como complementaria a la ordenanza del 93. En ella, se estableció que los únicos espacios en los que se podrá fumar son los pasillo, el hall central y los patios. Además, en el documento las autoridades pautaron un plazo de 120 días para elaborar un plan de prevención y medidas de acción que deberán ser elevadas al Consejo Superior de la Universidad.

Una consulta realizada ayer por este diario volcó opiniones disímiles entre los alumnos y el personal no docente que concurre a las distintas sedes de la universidad en la capital neuquina.

«Creo que está bien que el que tenga ganas de fumar lo haga afuera. Yo fumo, pero me parece que tiene que ver con una cuestión de respeto hacia el otro». Así piensa Samanta, una alumna de la facultad de ingeniería.

La estudiante explica que en los cursados de su carrera «nadie fuma adentro de las aulas, ni nosotros ni los profesores».

 

«Los mismos profesores fuman en el aula»

Sin embargo, esta situación es muy distinta para la facultad de Humanidades. Estudiantes de la carrera de Licenciatura en Servicio Social, comentaron que la norma que estaba vigente desde 1993, nunca fue respetada en esa sede de la universidad.

«Uno sabe que no se puede fumar dentro del aula, pero los mismos profesores lo hacen y dejan que nosotros lo hagamos también», señaló Laura.

Otro de los estudiantes que también se reconoció como fumador, dijo que en su caso «es relativo. Si estoy en el aula y alguien me dice que le molesta el humo del cigarrillo, dejo de fumar. Sino no».

Otro grupo de alumnos de la universidad consultados por el tema, dijeron que la aplicación de la ordenanza no fue efectiva en años anteriores porque no se aplicaron sanciones. «Si a uno no lo castigan porque hace algo que no debe hacer, n pasa nada. Lamentablemente es así», sostuvieron los estudiantes.

El coordinador de la sección de epidemiología y tabaquismo de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria y titular de la cátedra de Medicina y Cirugía de la UNC, Gustavo Savert, subrayó con respecto a la norma que «es una acción de protección hacia el no fumador y también hacia el fumador».

Explicó que el humo de tabaco produce efectos sobre los no fumadores que están científicamente comprobados, y que de cada cuatro fumadores, tres quieren dejar el hábito pero no pueden.

Por eso, se manifestó en contra de imponer sanciones para los que no respeten las pautas de la norma y señaló que «hay que trabajar con ellos en campañas de prevención que les otorguen las herramientas para dejar de fumar. Y agregó que «la dualidad fumador-no fumador no debe ser planteada como una lucha de unos contra otros».

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