El 50% de los productos alimenticios se pierden en los países en desarrollo

“El desperdicio alimenticio es un tema que se viene en los próximos años”, afirmó Jorge Acevedo, gerente general del Instituto Argentino del Envase (IAE), por lo cual recomendó “trabajar en reducirlo para contribuir al cuidado del medioambiente”.

La disminución del tamaño o un cierre hermético es una tendencia clara. Por deficiencias en el “packaging”, el 50% de los productos alimenticios se pierde en los países en desarrollo. Para el 2020 se prevé que aumentará el consumo de alimentos, por lo que la industria del envase tiene mucho por hacer para mejorar los procesos y el transporte.

Algunos aspectos son: la seguridad de los envases; los materiales utilizados; la generación de barreras; más vidas útiles para los productos; el mantenimiento de las cadenas del frío y la preservación de los productos en todos sus aspectos. Para Acevedo, cuando no había tanto “packaging”, muchos artículos se vendían sueltos, expuestos a las inclemencias del tiempo, las contaminaciones atmosférica y bacteriana.

Una evaluación de la incidencia de los envases y embalajes en el flujo de residuos sólidos de la Ciudad de Buenos Aires fue realizada por los especialistas Marcela Sandra De Luca, Néstor Fernando Giorgi, María Elena Guaresti y colaboradores. El “packaging” representó más del 15% del total de los residuos sólidos domiciliarios (RSD) generados (400 toneladas diarias). Los materiales eran papeles y cartones, plásticos, vidrios y metales (ferrosos y no ferrosos). Y los formatos: botellas y recipientes, bolsas, embalajes y envoltorios. La mayor parte de los envases fue fabricada con plásticos –PET, Pead (polietileno de alta densidad) y PEBD (polietileno de baja densidad)–, que representaron en peso más del 60% del total y aproximadamente el 9% en peso del total de los RSD. En menor medida, se recurrió al vidrio. El cambio hacia otro tipo de envases puede ser inducido teniendo en cuenta sus costos, menores pesos, mayor higiene y mejores presentaciones.

La producción per cápita de residuos sólidos en la Ciudad de Buenos Aires aumentará en los próximos años, por lo que se incrementarían los debates y las acciones de actores institucionales y sociales hacia estrategias de minimización de residuos; localización de nuevos sitios de disposición final, y legislación sobre envases y embalajes a nivel nacional.

Las muestras denominadas “basura viva” fueron extraídas de las aceras, antes de las tareas de los “recuperadores urbanos”, y sus contenidos fueron analizados. También se definieron los envases y embalajes que podrían reutilizarse y cuáles transformarse o reciclarse para otros usos o la fabricación de nuevos.


“El desperdicio alimenticio es un tema que se viene en los próximos años”, afirmó Jorge Acevedo, gerente general del Instituto Argentino del Envase (IAE), por lo cual recomendó “trabajar en reducirlo para contribuir al cuidado del medioambiente”.

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