El «abrazo» terminó con incidentes

Manifestantes provocaron destrozos en Bariloche tras discutir con los ediles

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Los trabajadores del hospital ganaron la calle ayer acompañados por numerosos docentes y vecinos para expresar su protesta por el vaciamiento del sistema de salud y reclamar una urgente solución al gobierno provincial.

Unas 1000 personas participaron del abrazo al edificio del hospital Ramón Carrillo y luego marcharon hasta el Centro Cívico. Allí algunos manifestantes ingresaron al Concejo Municipal y provocaron serios incidentes con importantes destrozos. Tras discutir con los ediles, rompieron cuadros colgados en la sala de sesiones y escribieron leyendas con lápiz y fibra en las paredes.

La movilización fue convocada por ATE y la CTA, que mantienen desde hace 15 días un paro por tiempo indeterminado en el hospital, donde ayer sólo funcionaba la guardia y se atendía a los internados, pero siguen cerrados los consultorios externos y todo el resto de los servicios.

La prolongación de la parálisis de la salud pública -como ocurre en casi toda la provincia- está provocando un perjuicio silencioso difícil de medir entre los sectores de menores recursos, que en tiempos normales concurren diariamente de a miles al hospital y a los centros de salud.

La doctora Marta Olivera, jefa de Guardia del hospital y dirigente de ATE, destacó que la protesta del personal hospitalario tuvo en las últimas semanas una amplísima solidaridad de distintos sectores políticos y sociales, «pero aún así persiste el silencio del gobierno provincial».

«Seguimos esperando una respuesta de estos funcionarios que dejan la salud destruida -dijo-. No queremos ser cómplices de la destrucción de la salud pública y decimos basta». El acto realizado en la escalinata del hospital sobre la calle Moreno se inició con el himno cantado por el Coro Melipal y con la bendición de un sacerdote.

Participaron vecinos del paraje Ñirihuau, del grupo Encuentro (que trabaja con chicos en situación de riesgo), de la CTA y de la Corriente Clasista y Combativa. También tuvo una fuerte presencia la escuela 154 de El Frutillar.

Los médicos en lucha dijeron que sólo están atendiendo las urgencias y que el hospital tiene faltantes de distintos insumos, incluyendo muchos medicamentos elementales. La deuda con proveedores ronda los 600 mil pesos, la mayor de la provincia.

Olivera recordó que el reclamo involucra el pago de salarios en tiempo y forma; el rechazo del pago de sueldos, guardias y horas extra en vales de comida; el presupuesto para el normal funcionamiento de los hospitales; el rechazo del pago en bonos de los aguinaldos (como lo consiguió la policía) y la devolución de todos los descuentos «confiscatorios e inconstitucionales».

Durante la marcha estuvo presente el concejal del MUP Alberto Icare. Al llegar al Centro Cívico la columna se dirigió al Deliberante, donde no se encontraba su presidenta, Graciela Di Biase. Algunos manifestantes pidieron el apoyo de los concejales a su reclamo, la discusión se generalizó y el edil Walter Arneodo llegó a insultar groseramente a una mujer a la vista de todos.

En medio de los gritos, los más iracundos rompieron los retratos de De la Rúa, Alfonsín y Menem colgados en la sala de sesiones, y también los de los ex presidentes del cuerpo. Cuando llegó Di Biase les recordó en un tenso diálogo las gestiones hechas por el Concejo en favor del hospital y una vez más les reiteró que no estaba en sus manos brindar las soluciones.

de insulina para enfermos de diabetes pone en serio riesgo la salud de Rosa García, una mujer de Roca que solo cuenta con las dosis del remedio necesarias para afrontar las próximas 48 horas de una enfermedad que sobrelleva desde hace nueve años.

El último fin de semana ya tuvo un adelanto de lo que podría pasar si la mutual provincial no cubre los 140 pesos mensuales que le absorben las dosis del medicamento.

«Quedé internada en terapia intensiva por un ataque epiléptico, que lo más seguro es que se repitan cada vez más seguido -una vez que ya no pueda seguir tomando la insulina porque no tengo como pagarla-«, comentó ayer a este diario.

Rosa integra el «plan diabetes», mediante el cual el gobierno provincial aseguraba hasta mediados de octubre el tratamiento de la enfermedad a cientos de pacientes provinciales que recibían una cobertura total en la compra de los medicamentos y que en los últimos días al momento de realizar los trámites en la obra social para acceder a ese beneficio se encontraron con una respuesta que nunca hubieran imaginado.

«Nos contestaron que primero pagáramos nosotros y que después IPROSS nos iba a reintegrar el dinero, lo peor es que cuando quisimos saber cuánto tiempo iba a tardar el reintegro nos dijeron que no nos podían asegurar una fecha y menos que realmente nos devuelvan la plata», sostuvo la mujer de 51 años.

Aunque los destinara exclusivamente a costear los medicamentos para controlar el avance inexorable de la diabetes y contener los ataques epilépticos, los 253 pesos que Rosa percibe por su trabajo en la portería de una escuela del barrio Islas Malvinas de Roca no serían suficientes.

«Si el IPROSS no me ayuda con la compra de los remedios tendría que gastar más de 300 pesos mensuales y eso es imposible, tendría que elegir entre comer y mi salud», contó. Y agregó que «espero que en el gobierno entiendan por lo que estamos pasando los diabéticos de la provincia, que no sabemos cómo vamos a vivir sin la insulina».


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