“El Alto Valle, la gran chacra abandonada”

Cuentan los antiguos pobladores del Alto Valle que hasta que se hicieron los canales de riego ésta fue una zona de cría de animales en grandes campos. Con la irrigación vino el desarrollo de las pasturas de alfalfa, las trilladoras y el inicio de la vitivinicultura. Gradualmente se fueron reduciendo las chacras y de un centenar de bodegas sólo quedaron unas pocas.

En los años cincuenta comenzó a crecer la fruticultura. Y hoy nos encontramos con un fenómeno de cambio similar. Cada vez hay menos chacras en producción, los barrios cerrados o abiertos –lo mismo da– van ocupando ese espacio. Hemos visto fruta sin recolectar porque resultaba más caro cosecharla que dejarla en la planta, y como consecuencia hay chacareros quebrados, galpones abandonados, peones sin trabajo, camioneros parados, obreros del empaque en la calle, la industria del jugo y las sidreras casi sin empleo, aserraderos cerrados y un largo etcétera.

Vemos que la producción se traslada a otras zonas y una nueva crisis azota la región pues, entre otras cosas, el agua de las acequias que antes escaseaba ahora sobra, pero nadie quiere pagarla.

Estamos frente a un grave problema. Cómo enfrentarlo es la incógnita.

En Cipolletti se optó por una solución represiva. Es el único Municipio de la Patagonia que aplica multas a los chacareros que ya no pueden producir
–encima de que se fundieron se los penaliza por eso–. Pero éste no es sólo un problema de Cipolletti, lo es de toda la región, de todas las ciudades y de las dos provincias. Es hora de que todos los gobernantes se involucren porque esta crisis es profunda y nos afecta a todos.

No asignamos culpas a nadie, pero al menos tratemos de buscar una solución que no sea represiva. Planifiquemos para el futuro de esa chacra que se va quedando sin árboles. Y deroguen la ordenanza “de las chacras abandonadas”.

César Fernández

LE 7.564.609

César Fernández

LE 7.564.609