El análisis tras la peor noche en Puerto La Cruz
Faltó fútbol, actitud y energía en la Argentina.
El capitán Messi, sus compañeros y la decepcionante noche en que fueron menos que Venezuela.
AP
Nicolás Burdisso es una de las voces calificadas del seleccionado argentino. Primero porque es inteligente y no usa el casete para contestar. Segundo, porque sus análisis tienen la profundidad que se requiere para que las frases se vuelvan algo fructífero. “En este partido retrocedimos. Hay que mirar adelante, hacer la autocrítica y seguir con nuestro trabajo”. No expuso atenuantes. Ni excusas. Hay que aprender de los errores. De una vez por todas.
Nada de cansancio, nada de calor (ver aparte). Es cierto que son variable que influyen, pero para Burdisso hay que ir más al fondo. El seleccionado hizo un primer tiempo sin profundidad aunque aceptable en Venezuela, pero en el complemento su fútbol se desmoronó. No supo manejar los tiempo, perdió en la lucha de mitad de cancha, los ‘rapiditos’ y hasta Messi se transformaron en jugadores descifrables y los locales siempre estuvieron un segundo antes. Creció la dupla Maestrico González-Juan Arango en el dueño de casa y los contragolpes se sucedieron. La derrota fue justa, sin más.
Quizá el peor cara del equipo argentino estuvo por el lado de la actitud. Nunca intentó llevarse por delante a su rival. No evidenció energías, ni físicas ni mentales.
Poco y nada se vio del partido del debut. Primero porque no hubo precisión y pressing en Argentina y, segundo, porque Venezuela no cometió ninguno de los graves errores que sí se vieron en el infantil Chile del viernes pasado. Sabella cambió de sistema táctico a pesar de haber goleado y eso le vale críticas por estas horas. Está claro que si lo hizo es porque estaba convencido de que era la mejor opción.
Ya son historia las dos primeras fechas de las eliminatorias sudamericanas y la conclusión tiene el fuerte ruido de una sentencia: ya no se gana con la camiseta, hay que trabajar para que los resultados aparezcan finalmente.
Comentarios