El arquero Ibáñez salvó a Olimpo y Quilmes se fue con diginidad
El triunfo de Olimpo sólo se entiende por la actuación del pibe.
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Olimpo logró asegurarse una temporada más en primera gracias a su arquero suplente Matías Ibáñez, un juvenil que debutó ayer y que fue el verdadero verdugo de un Quilmes que se fue a la B Nacional con las botas puestas. Los bahienses, a la vez, concretaron algo histórico: contribuir en buena medida a que River vaya a la promoción. (ver página 43) Las especulaciones previas, al menos la mayor parte de ellas, señalaban un trámite muy favorable a Quilmes y un resultado acorde con ello. Pero eso no ocurrió en el PT, porque los bahienses leyeron mejor las coordenadas del partido, Martín Rolle tuvo una actuación de ‘gigante’ y Lechuga Maggiolo fue su socio ideal. Así se puso en ventaja Olimpo a los 8, cuando un buen pelotazo desde el fondo de Fede Domínguez fue bien bajado por Maggiolo y mejor definido por el ‘10’. Quilmes era un manojo de nervios y la visita daba la impresión de poseer mayor temple para definiciones como estas. El roquense Miguel Caneo no entraba en sintonía y los delanteros del cervecero perdían casi siempre. Promediando el primer tiempo Laureano Tombolini pidió el cambio y saltó a la cancha para debutar el pibe Ibáñez, un hecho que sería trascendental. Es que en la etapa inicial el equipo de Caruso Lombardi tuvo un par claras (sobre todo la de Garnier sin arquero, que pateó desviado), pero en el complemento peloteó de todas las formas conocidas a Olimpo, que desde ayer deberá hacerle un monumento a Ibáñez. Es que todo el mundo pensó que era un arquerito, pero en realidad fue un arquerazo. En un puñado de minutos, que fueron de los 9 hasta los 20, Ibáñez voló de un palo a otro, descolgó centros imposibles, ganó manos a manos y hasta le sacó el gol a Cauteruccio cuando ya lo había eludido. El ‘1’ tapó todo lo que le tiraron y le ahogó los gritos a Caneo, al citado Cauteruccio y al ingresado JP Vázquez. Con Kalinski empujando con el corazón, Quilmes fue y fue pero siempre se encontró con la resistencia del titánico Ibáñez. Una verdadera paradoja después de escuchar las críticas de Caruso Lombardi contra la decisión de Mohamed de incluir al arquero juvenil Diego Rodríguez. El partido era un monólogo, una redundancia. Quilmes atacaba y Olimpo defendía adentro de su área. Otra dos situaciones desperdició Caneo y Rolle tuvo la salvación de la visita en los pies, cuando a falta de seis minutos se fue sólo en una contra pero le regaló el balón a Trípodi al intentar una vaselina. Más clara aún fue la siguiente de Quilmes, que desperdició Vázquez de manera increíble. A esa altura, el cervecero ya no sabía qué hacer para empatar el partido, un resultado que hubiese hecho zafar a River de la ‘promo’. Pero ese gol no llegó, Olimpo zafó y Quilmes se fue, es cierto, pero con un más que digno final.
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