El Arranque, aclamada en su debut con Marsalis

El tango volvió a recuperar su espacio en Nueva York con la presentación que El Arranque realizó junto a Wynton Marsalis. El dos por cuatro fue aclamado por el público neoyorquino, en una noche en la que se fusionó con el jazz.

NUEVA YORK (ANSA) – El tango y el talento volvieron a triunfar en Nueva York de la mano de El Arranque, el conjunto argentino que en la noche del jueves tocó junto al excepcional Wynton Marsalis y su orquesta, en el Alice Tully Hall del Lincoln Center.

El Arranque, dos bandoneones, dos violines, piano, contrabajo, guitarra y voz, compartió su «dos por cuatro» con la síncopa y el ritmo de la Lincoln Center Jazz Orchestra (LCJO): cuatro trompetas, cuatro saxos, un clarinete y flauta, cuatro trombones, piano, batería y contrabajo, y salió airosa.

Casi un millar de espectadores asistieron al concierto que fue abierto por la LCJO con un tema de jazz, «Pyramid», y dos tangos excepcionales, «Flores negras» y «Boedo», en una perfecta fusión de géneros de expresión popular y estrictamente urbanos.

El Arranque debutó con «Un Bandoneón» y luego interpretó «Mariposita», el único tema en el que intervino Ariel Ardit, el notable vocalista con una tonalidad de barítono similar al famoso dúo Martel-Dante de la orquesta de Aníbal Troilo de los 40. De inmediato, ambas bandas tocaron juntas el tradicional tema «A Night in Tunisia», de Dizzy Gillespie.

Fue la primera inmersión tanguera en el jazz de la velada, con la intervención del primer bandoneón, Camilo Ferrero, y el primero y segundo violín, Ramiro Gallo y Pedro Pablo Pedroso, con lo cual allí quedó felizmente consagrada la extraña, desigual y difícil simbiosis de bronces con violines y bandoneones.

Extraordinarios fueron los solos de trompeta de Marsalis en «El Cabulero», y los melodiosos arreglos que la orquesta de jazz incorporó a la interpretación que El Arranque hizo del tango «Nocturno».

Para Ramiro Gallo, también fue la noche del estreno de su «Suite Borgeana», una composición poética en cinco movimientos, muy aclamada por el público, mientras Marsalis mismo estrenó el segundo movimiento de su «Concerto Grosso», obra que ambas orquestas sólo pudieron ensayar unas pocas horas. Destacada fueron «Aerotango», de Fernando Cabarcos, y «El Pollo Ricardo», interpretados por El Arranque, respectivamente con solo de clarinete, y de saxo tenor y saxo bajo.

El público, que concurrió a escuchar jazz, tango y la fusión de ambos, aplaudió y aclamó el concierto, y a la salida satisfizo su vocación tanguera con la adquisición de «Cabulero», último CD del grupo.


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