El arte 'a la gorra' es furor en el centro neuquino

Hay un grupo de 30 artistas. Casi todos son payasos y malabaristas.

NEUQUEN (AN).- Como un ritual que se repite cada fin de semana, los artistas invaden las calles de la ciudad para, en cada esquina, dejar su sello.

Son un grupo de treinta, pero hay otros tantos que, de paso por la ciudad aprovechan para desplegar lo suyo, su arte a la gorra. Malabaristas, payasos, actores o clowns, comparten la idea de divertir haciendo lo que más les gusta. «La conexión entre el público y nosotros es única», dice Patricio, uno de los padres de la movida.

Tiene 25 años y es el encargado de darle vida al payaso «Colorín», un personaje que creó hace dos años. Hace malabares con diferentes elementos (pelotas, clavas, fuego) y globología. «Cuando empecé con esto, en el 2001, éramos sólo tres los que estábamos en la calle», recuerda, y afirma que a fines del año pasado se sumaron otros artistas.

El joven que encarna al payaso «más simpático de la ciudad» es malabarista y músico, y además de «hacer semáforos» todos los días, se dedica a llevar su espectáculo «El circo Xarivari» a escuelas y cumpleaños.

«La calle es un entrenamiento muy bueno y te da publicidad», afirma este artista que tiene en su haber más de cien funciones en dos años y que sueña con hacer circo en la televisión. «Me siento un comunicador socia, me dignifica este trabajo», dice Patricio, listo para empezar su show.

El programa de verano que organiza la subsecretaría de Cultura de la municipalidad, registró en la temporada pasada a más de 250 grupos artísticos, entre espectáculos callejeros y bandas musicales, que coparon los espacios públicos con una excelente respuesta de la gente.

Según el secretario de Cultura,, Oscar Smoljan, el crecimiento de esta actividad tiene que ver con la demanda ya que «Neuquén es el lugar elegido como centro turístico por miles de personas que vienen los fines de semana desde localidades cercanas», señala el funcionario. Además, los artistas que participan de este programa son en su mayoría locales y se van renovando por temporadas, destacó.

Hace dos años el municipio decidió extender el programa de verano desde diciembre hasta marzo, por a la exigencia de turistas y del público local.

El Cirken es otro de los casos de artistas que eligen las calles para difundir su arte

Enfundados en sus trajes de colores estridentes y extrañas formas, explican que los espectáculos urbanos «explotó» el año pasado, cuando ellos llegaban a la ciudad.

«Es impresionante como ha crecido esta movida. En los años 80 había diez artistas callejeros en tod el país, y hace una semanas en la Convención de malabares que se hizo en Córdoba participaron más de 800 personas», cuenta Martín, uno de los integrantes de Cirken. En cuanto a lo económico, no dudan en reconocer que son muy nuevos aquí y por eso deben aceptar todas las propuestas que se les presentan. Sin embargo, aclaran que «en Neuquén se puede vivir de esto, pero no pasa lo mismo con otras provincias. Acá se nota que la gente necesita del arte, necesita reírse y pasarla bien».

Con sólo 18 años Natalia dedica sus días a hacer malabares con fuego en las esquinas céntricas de la ciudad. Empezó cuando tenía 16 en un taller que duró dos meses y que le diolas primeras herramientas para continuar explorando este universo artístico. A veces colabora con el payaso «Colorín» en las presentaciones para los colegios y eventos privados.

Nota asociada: Siete locos que juegan bajo un mismo techo  

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