El asesino dejó sus huellas en una canilla

CIPOLLETTI (AC).- Las huellas del asesino quedaron «muy nítidas» en una de las canillas del laboratorio, donde el matador se lavó después de atacar a las cuatro mujeres. Ayer trascendió que los peritos lograron levantar los mejores rastros en la grifería de un lavabo y que los mismos se están analizando en un centro regional.

Ya se sabía que el homicida se había lavado las manos y que cerró la canilla dejándola con un leve goteo. Pero ayer se supo que allí aparecieron las huellas más claras del autor, inclusive con sangre que sería de las víctimas.

Los investigadores no descartan que en el momento de la agresión el matador haya utilizado guantes para evitar que sus impresiones digitales lo comprometieran; aunque si así fue, se los sacó en el tramo final.

Ayer el juez Juan Torres mantuvo un encuentro prolongado -de 11.30 hasta pasadas las 13.30- con los fiscales Alejandra Berenguer, Ana Benito y Ricardo Romero, jefes policiales y peritos. «Hemos decidido que día por medio se realice una reunión con todos los integrantes de las distintas secciones que están trabajando, para hacer evaluaciones y si es necesario fijar nuevos métodos y profundizar acciones que hacen a la investigación», dijo el juez.

Aseguró que «se han intensificado los operativos policiales» para lograr la aprehensión del asesino y que la búsqueda se sigue haciendo en «todos lados».

Ayer Torres tomó dos declaraciones. Estaban relacionadas con un dato que llegó a los pesquisas respecto de que un hombre, en un templo evangélico, había expresado su congoja por lo sucedido a la psicóloga Carmen Marcovecchio, a quien conocería. De la testimonial surgió que en efecto el testigo conocía a la víctima, pero no había otra cosa que una sincera pena por esa muerte.

«Necesitanos que la gente que conoce algo, venga. O se comunique por medio de un anónimo o una tercera persona. Vamos a investigar todo», repiten quienes están en la investigación.

Ya se pidieron informes a los colegios de Psicólogos y de Psiquiatras para ver si algún profesional estuvo atendiendo a personas con un perfil capaz de cometer un hecho como el que se investiga.

Paralelamente a esta búsqueda de datos el juez sigue analizando la situación procesal de los dos únicos detenidos por la muerte de la psicóloga Marcovecchio, la paciente Alejandra Carbajales y la bioquímica Mónica García.

En base a los elementos reunidos en los últimos días, allegados a la causa estimaban que al menos Orlando Sandoval podía ser procesado en la causa como partícipe primario de la masacre.

Pero a medida que avanza la investigación las cosas van cambiando. Ahora se dice que ambos quedarían comprometidos aunque por delitos distintos.

Fuentes vinculadas a la causa dijeron que «El Clavo» Sandoval podría ser imputado como partícipe primario (el mismo delito por el que los dos sospechosos fueron indagados), pero Ariel Villa quedaría como «encubridor», una figura más leve que la de partícipe.

«Hay más elementos que incriminarían a Sandoval», dijo una fuente.

La decisión todavía no está tomada. Torres sigue tomando declaraciones testimoniales en esta línea de investigación para reunir más datos.

La resolución saldría el jueves a primera hora y no el miércoles como se había anticipado.

Enojado con el juez Torres

CIPOLLETTI (AC).- Pablo Scilipotti, marido de la asesinada kinesióloga Diana Del Frari, se enojó con el juez Juan Torres por la alusión del magistrado sobre que «el principal respaldo que tenemos es el silencio que nos brindan los familiares» de las víctimas de la masacre.