“El aumento autoimpuesto por los legisladores”

La igualdad es un valor que nos fue revelado por la filosofía antigua griega, pasando por el humanismo cristiano del siglo IV y cobrando vital importancia con los filósofos iusnaturalistas e iluministas de los siglos XVI a XIX. Muchos colaboraron en el respaldo teórico de por qué tal principio filosófico era necesario para el coexistir del hombre. Hoy en día no cabe duda de su necesario respeto y, junto con la libertad, se encuentra respaldado por la mayoría de las sociedades civilizadas en sus cuerpos de derecho. (Ver Igualdad en el art. 16 de la Constitución argentina en http://www.monografias.com). Como es público y notorio, los acuerdos a que lleguen los trabajadores con sus empleadores no puede exceder el 18% conforme rigurosas mandas impuestas por el gobierno nacional. Lo expuesto en el párrafo precedente es válido exclusivamente para el hombre de a pie, ese que no tiene que pensar ni equivocado, pues total igual se vive y además corre el riesgo que lo bauticen gil (“Las cuarenta”, Grela-Gorrindo). La conjunción de lo dicho precedentemente, particularmente en lo que hace a la garantía de la igualdad consagrada en el art. 16 de la Constitución nacional, la necesidad de observarla con rigor pues como ya se ha indicado es un valor que debe respetarse además de estar respaldado por la mayoría de las sociedades civilizadas, es verdad salvo en la Argentina, donde cualquier barbaridad es posible, como por ejemplo que diputados y senadores nacionales se aumenten un cien por ciento sus sueldos, circunstancia que ningún ciudadano podría imaginar ni aun en su peor pesadilla. En efecto, tal como informa el diario Perfil.com del 13 de febrero de 2012, con el aumento cada legislador podrá cobrar hasta 522.000 pesos anuales, correspondiendo destacar que la suma no incluye los gastos de representación y desarraigo que cobran quienes viven a más de cien kilómetros del Congreso. Sinceramente, una actitud que avergüenza apreciando la situación de crisis que vive el país, recortando subsidios y despidiendo personal… esto es: en medio de la miseria nuestros empleados, los mandantes a los que les encargamos que actuaran por nosotros, los mandatarios, se burlan de sus representados no sólo a través de su manifiesta inacción, considerando a título de ejemplo que la Cámara de Diputados durante todo el 2011 se reunió ocho veces, destacando que todos los diputados cobraron y cobrarán su salario completo más allá que hayan asistido a todas, algunas o ninguna de las sesiones, así la diputada Ana María Perroni y el diputado Juan Carlos Giogia sólo asistieron a dos encuentros. Por supuesto este aumento absurdo no encuentra ningún tipo de justificación, no obstante lo cual para mostrar la falta de sentido autocrítico de nuestros representantes bastan los argumentos de la diputada kirchnerista Juliana Di Tulio quien explicó a la agencia DyN: “Lo que se acordó es que los diputados pudiéramos tener el mismo haber que un director de línea de la Cámara”, y agregó que “Los diputados y diputadas tenemos responsabilidades muy grandes y tenemos que tener correlato en esta situación”. “Es una muy buena señal, porque si no sólo pueden hacer política los que tienen dinero”, concluyó (www.perfil.com). Aquí y para finalizar, pues, tremendo desatino no merece mayores comentarios. Se destaca que el Poder Legislativo ha delegado su función esencial, esto es dictar leyes, al Poder Ejecutivo, que lo hace mediante los famosos decretos de necesidad y urgencia (DNU) en casi todos los casos, admitiendo incluso la desobediencia del Departamento Administrativo a las decisiones de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, hecho que hubiera merecido el pertinente análisis del Parlamento por ejemplo en el caso “Apablaza”, donde la Corte Suprema de Justicia de la Nación dispuso la extradición a la República de Chile del citado ciudadano trasandino por supuestas acciones terroristas, resolución que no fue acatada por el Poder Ejecutivo sin que ningún miembro del Parlamento dispusiera medidas efectivas para hacer honor al país en el orden internacional. Por ello sí es cierto que los diputados tienen responsabilidades muy grandes, pero también es cierto que jamás las ejercen. Premiar tanta negligencia, desidia y omisión con sumas multimillonarias es un despropósito al que alguna autoridad debe poner coto. Héctor Luis Manchini DNI 7.779.947 Abogado San Martín de los Andes

Héctor Luis Manchini DNI 7.779.947 Abogado San Martín de los Andes


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