El bajista de Catupecu, grave tras chocar

"Hay que esperar lo peor", dicen. Perdió masa encefálica. El líder de Cabezones también resultó herido.

El bajista de la banda de rock Catupecu Machu, Gabriel Ruiz Díaz, quedó internado ayer en estado reservado, con fractura de cráneo y pérdida de masa encefálica, a raíz de un choque que protagonizó junto a César Andino, líder de la banda Cabezones, quien también sufrió heridas graves, sin compromiso para su vida. El duro parte médico sobre la salud de Ruiz Díaz lo brindó pasadas las 17.20 el ministro de Salud porteño, Donato Spaccavento, quien dijo que las expectativas de que el músico sobreviva «son muy bajas». Según Spaccavento, en diálogo con la prensa en la puerta del Hospital Fernández, «hay que esperar lo peor» en el caso del músico, de 29 años.

Ruiz Díaz está internado en terapia intensiva con asistencia de un respirador artificial en un «estado muy crítico y reservado, que impide cualquier intervención quirúrgica». Junto a él se encontraba su hermano Fernando, cantante y guitarrista de la banda, su familia, Javier Herrlein, Macabre y Fausto, baterista, tecladista y mánager de la banda, respectivamente. También se encontraban en un piso del Fernández amigos, directivos de EMI, el sello que edita a a Catupecu, y músicos de otros grupos.

El funcionario porteño formuló este anuncio en la puerta del Fernández rodeado de periodistas y fans de la banda, que inmediatamente comenzaron a llorar. El accidente ocurrió a las 6.10 de la mañana, cuando el Volkswagen Fox, propiedad de Ruiz Díaz, que se desplazaba por la avenida Del Libertador, dobló al llegar a la avenida Sarmiento y el conductor perdió el control e impactó contra un árbol.

Sobre quién manejaba el auto se generó una polémica ya que mientras las autoridades de la comisaría 23, que intervino en el accidente, indicaban que el conductor fue Andino, voceros de Cabezones sindicaban a Ruiz Díaz como el que estaba tras el volante. Será clave para la investigación saber quién conducía el vehículo debido a la causa penal que se inició con el accidente.

La banda iba a tocar este fin de semana en Bariloche, recital que obviamente fue suspendido.

Colaboradores de Catupecu Machu indicaron que Ruiz Díaz había adquirido el Fox hace 15 días, y al momento del accidente venía con Andino de una fiesta de cumpleaños de un miembro del staff de la banda que se habría realizado en la disco The Roxy. En el caso de Andino, el parte médico era mucho más alentador ya que aunque su estado era grave, ya se encontraba estable y consciente, e inclusive había recibido la visita de su esposa Alejandra y su hija Sofía.

Fuentes de la productora Pop-Art, compañía grabadora de Cabezones, dijeron que Andino «está fuera de peligro y consciente», tras una operación de casi cinco horas, en la que el cuerpo médico del Hospital Fernández restableció la circulación en sus piernas, ya que el músico sufrió sendas fracturas bilaterales de fémur con compromiso vascular. Sobre Andino, Spacavento explicó que sufrió fracturas expuestas en los fémures de ambas piernas y por esa razón fue sometido a una extensa intervención quirúrgica. La operación fue para corregir las lesiones y recuperar la circulación en ambas piernas ya que como consecuencia del accidente sufrió un compromiso vascular en sus piernas.

El caso guarda semejanza con la muerte de Razzle, el baterista de la banda escandinava de glam rock Hanoi Rocks, que falleció en un accidente automovilístico ocurrido el 6 de diciembre de 1984. Razzle viajaba en un automóvil conducido por Vince Neil, cantante de Motley Crüe, que se encontraba en total estado de ebriedad, lo que lo obligó a pasar meses en prisión. (Télam/DyN).

En el mejor momento de la banda

El feroz accidente automovilístico que abre un enorme interrogante sobre la vida del músico Gabriel Ruiz Díaz, golpea en el seno de Catupecu Machu, una banda rockera que atraviesa su mejor momento. Gabriel es el creador de la parte musical de las canciones de Catupecu, mientras que su hermano Fernando es el letrista, pero además desempeña el rol de productor de los discos.

Es Gabriel quien introdujo a la banda en una búsqueda electrónica que se agregó a la poderosa carga adrenalítica y rockera de la agrupación. El accidente obligó a cancelar el show que Catupecu tenía previsto para este fin de semana en Bariloche y se da por sentado que sucederá lo mismo con los conciertos del 21, 22 y 23 de abril en el estadio Obras.

Fundada en 1995 en el barrio de Villa Luro por los hermanos Fernando y Gabriel Ruiz Díaz, Catupecu Machu ingresó a la escena del rock local con su primer disco «Dale!» en 1997 pero comenzó a adquirir popularidad a partir de su segundo trabajo discográfico de estudio «Cuentos decapitados», de 2000. Armada originalmente como un power trío de guitarra y voz (Fernando), bajo (Gabriel) y batería (Miguel «Abril» Sosa primero y Javier Herrlein después), la banda hizo su primer Obras en diciembre de 2001, a partir del éxito de «Cuentos…», del cual el video de la canción «Y lo que quiero es que pises sin el suelo», obtuvo el premio MTV Latino en ese rubro.

A partir de entonces la carrera de Catupecu Machu experimentó un crecimiento continuo, transformándose en una de las bandas de mayor creatividad y respuesta de público de la escena rockera.

Es en 2002, con la salida de «Cuadros dentro de cuadros», su cuarta placa, Catupecu generó un giro en su desarrollo y comenzó a trabajar con sonidos generados por computadoras. Hacia 2004 se incorporó al grupo el tecladista Martín Macabre González para la grabación de «El número imperfecto», último trabajo discográfico de la banda. (Télam).


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