El biodiésel, recurso y herramienta política

SAO PAULO (AFP) – El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, espera sellar con su homólogo brasileño Luiz Inácio Lula da Silva una alianza para impulsar el desarrollo de los biocombustibles, especialmente en América Central, a través de inversores privados.

Bush y Lula visitarán una instalación petroquímica en Guarulhos, a unos 40 km del centro de la ciudad.

Estados Unidos y Brasil son los dos mayores productores mundiales de etanol, una alternativa a la gasolina que los norteamericanos elaboran a partir del maíz y los brasileños de la caña de azúcar. Los gobiernos están interesados en los biocombustibles para reemplazar a la gasolina y así disminuir la cuenta petrolera y la emisión de gases de efecto invernadero

Para Brasil es una fuente de exportaciones. Bush, por su parte, anunció en enero que quiere reducir en 20% el consumo de gasolina en la próxima década y sustituirla por etanol y otros biocombustibles. Brasil espera que Washington reduzca el arancel que grava la importación de etanol brasileño para proteger a los productores de maíz estadounidense. «No es posible que Brasil no defienda el derecho de vender el etanol nacional, que es el más competitivo. Vamos a defender la presencia del producto en el mercado norteamericano», dijo la jefa de Gabinete de Brasil, Dilma Rousseff. Los biocombustibles son vistos como una forma con la que Estados Unidos pretende enfrentar a la Venezuela de Hugo Chávez, que con sus petrodólares busca liderar América Latina y competir con EE.UU. Chávez emprendió una gira por Argentina y Bolivia, paralela a la de Bush. (Ver pág. 5)


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