El Bolsón y Cipolletti lideran el ranking de porcentajes
INFORME TOMAS
Unas 996 familias viven en las 31 tomas instaladas en Loma del Medio, en las riberas del río Quemquemtreu o cerca del Paralelo 42°. Son unas 4.624 personas de grupos sociales vulnerables, algunos con organización previa y otros surgidos espontáneamente “cansados de dar vueltas por los pasillos del municipio”. Otras tomas fueron abortadas por el rechazo de los vecinos o gestiones de funcionarios, que terminaron ubicándolos en otros terrenos.
Lo cierto es que “el Estado va siempre detrás de las necesidades de la gente”, reconocen unos y otros. A partir de la decisión del gobierno nacional de urbanizar las primeras 50 hectáreas ocupadas en Loma del Medio -hay otras 150 en discusión-, hubo un rebrote de tomas el invierno pasado que obligó al Concejo Deliberante a declararse en sesión permanente.
Referentes de Desarrollo Social afirman que “aún quedan 800 familias que demandan un lote donde levantar el techo propio”. Para la comuna, el límite es “no permitir que tomen un terreno chicos de 15 ó 16 años, sin carga familiar, como viene ocurriendo” cerca del barrio Esperanza.
Desde hace una década, el municipio pide a Gendarmería las 8 hectáreas varias veces comprometidas. Otras 12 hectáreas en el Camino de los Nogales busca ser expropiada y destinadas a loteos sociales por un proyecto de la oposición.
Cerca de ahí, las 32 hectáreas adjudicadas a un empresario por el anterior gobierno provincial de la UCR volvieron al Estado luego de que se concluyera que habían sido vendidas a “precio vil”. Otras 200 hectáreas de la Provincia debieron ser cedidas al municipio tras la reforma constitucional de 1988, pero nunca se cumplió.
“Tierras hay, solo hay que organizarlas en beneficio de la gente que no pagar un terreno de 35 mil a 80 mil dólares como pide el mercado local”, razonó un funcionario.
Los últimos ocupantes del barrio Esperanza argumentaron que “vemos llegar gente de afuera, algunos hasta con 4×4, toman tierras, hacen su casa y al poco tiempo los legalizan. Es injusto porque seguimos viviendo al fondo del patio de nuestros viejos”. Se referían a algunos habitantes del Ecobarrio. “Es gente de Comodoro, de Neuquén, de Buenos Aires. Tienen flor de casa, auto 0 km, y se ríen de nosotros, que nacimos y nos criamos acá”.
Algo similar ocurre en Loma del Medio, donde petroleros del sur chubutense compraron “por pocos pesos” las mejoras a “los ocupas originales” y ahora tienen casas “mejores que las nuestras”.
Desde Desarrollo Social se busca hacer un registro de ocupantes para evitar nuevas usurpaciones y la continuidad de “un mercado negro” que ofrece por las redes sociales lotes tomados.
El intendente Ricardo García y el secretario de Gobierno, Mario Scandizzo, dicen que “no podemos permitir que El Bolsón sea un lugar donde todo vale”, pero “si no estamos acompañados por la Justicia, no es mucho lo que podemos avanzar”.
Los servicios esenciales son otro problema: ARSA y Edersa niegan las conexiones si no se acredita la titularidad del predio y los vecinos terminan abasteciéndose de agua potable desde una canilla comunitaria -generalmente instalada por el municipio- y “colgados” de los cables en constante peligro de incendios o descargas eléctricas.
En cuanto a la salud, la peor situación está en “Los hijos del San José”, donde 60 familias viven desde 2008 sobre un canal contaminado que genera olores nauseabundos y podredumbre. Allí se repiten denuncias por chicos con granos, sarpullidos y diarreas.
En Loma del Medio la urgencia -además de la luz y el agua potable- es “contar con una escuela”, ya que la más cercana está en el barrio Usina (a unas 30 cuadras) y no hay transporte público.
El peligro de incendios forestales es altísimo por las viviendas en el bosque, no hay con qué apagarlos y los bomberos no pueden acceder por la complejidad geográfica. La inseguridad afecta también a la barriada. “No nos pueden meter a todos en la misma bolsa porque esta gente nos roba a nosotros, no tiene códigos”, aseguran.
Cipolletti
En Cipolletti hay unos 26 asentamientos en los que viven unas 4.000 familias en total, según el relevamiento de los propios habitantes ya que no hay datos oficiales. El número de familias lo multiplicamos por cinco (que es el número promedio de gente que vive por familia) y esto permite estimar que en las tomas viven cerca de 20.000 personas. Del dato surge entonces que un 22% de la población cipoleña viven en un asentamiento irregular, si se considera que el último censo estableció que Cipolletti tiene unos 90.000 habitantes.
Ningún asentamiento tiene servicios legales. Todos están colgados de la luz y los problemas en este sentido se multiplican cuando hay viento, o cuando las condiciones climáticas se vuelven más extremas (mucho frío o mucho calor). La gente accede a los servicios de salud públicos más cercanos al asentamiento o al hospital público.
Las Perlas es un caso aparte: No es una toma convencional, aunque muchos de sus ocupantes no paguen los servicios o no hayan pagado la tierra. Pertenece a Río Negro pero sus pobladores trabajan y compran en Neuquén. En más de 12.000 hectáreas de un proyecto forestal y colonizador pensado por el médico Miguel Lembeye viven 10.000 personas de las cuales solo 250 paga la luz y tiene escrituras al día. El resto tomó tierras o las pagó de manera informal. La falta de servicios es el principal problema. Hay cuatro policías con pocos recursos, una escuela que pasa mucho tiempo cerrada, y un centro de salud que a veces atiende. Con puebladas, los vecinos reclaman independizarse de Cipolletti y constituirse en cabecera del departamento de El Cuy. Santiago Giuletti afirma: “Los políticos de Río Negro no vienen porque todo el mundo vota en Neuquén. Y los neuquinos porque Las Perlas corresponde a Cipolletti. Suena ilógico”.
Las condiciones extremas del invierno cordillerano hacen de las tomas una gravísima problemática social.
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