El «Bungy» hace furor en Chapelco 24-7-03

SAN MARTIN DE LOS ANDES (ASM).- Es una cama elástica, pero no es una cama elástica. En cualquier caso, es una de las nuevas atracciones que ofrece el complejo Chapelco, y que no se limita a esquiadores y surfers, pues todos pueden disfrutar de ella. Es el «Bungy Trampolín».

Uno de los empresarios que trajo la novedad es Pablo Germann, quien asociado al conocido músico Juan Carlos Baglietto, y a otro empresario local, Iván Weihmüller; decidieron emprender el desafío con una inversión cercana a los 60.000 dólares, a razón de 20.000 dólares por equipo.

El «Bungy» fue creado en Alemania para entrenamiento de saltos ornamentales y precalentamiento de esquí, hace apenas un lustro. Sin embargo, su particular modalidad pronto cuajó entre los más diversos buscadores de adrenalina, pero con seguridad. Luego comenzó su fabricación en Argentina, a cargo de Daniel Muschietti, quien es a su vez el cuarto socio proveedor del capital de trabajo. Además, permitió una sensible baja de costos, pues la misma estructura tiene un precio final de 48.000 dólares en Europa. ¿Pero, qué es el «Bungy», que hace furor en cerro Chapelco?

Podría describirse como una gran estructura tubular de aluminio, rematada en la base por cuatro camas elásticas, y en el otro extremo por andamiajes que sostienen bandas o tubos elásticos, que se refuerzan según el peso de cada usuario.

Luego, las bandas contienen un arnés que se coloca la persona dis

puesta a la aventura. Finalmente, la estructura está ligada a una serie de malacates eléctricos operados por cuatro instructores, que otorgan la tensión adecuada al sistema.

Todo ese conjunto permite, simplemente, desafiar la gravedad. En efecto, el salto natural sobre la cama elástica se combina con el impulso del mecanismo de bandas y malacate, lo que permite al usuario dar brincos de entre ocho y nueve metros, vueltas mortales, giros y las más diversas cabriolas, sin temor a salir disparado por el aire. Pablo Germann comenta que se trata de una experiencia vertiginosa, y de intensa actividad física. Cuatro minutos en el «Bungy» pueden ser asimilables a un footing de 30 minutos o una sesión de gimnasia a todo ritmo. Si bien el «juego» está pensado para todas las edades, el público más usual es el conformado entre los 3 y los 14 años.