“El capitalismo”

En su nota del martes 5 del corriente, el juez y catedrático Martín Lozada, muestra, una vez más, su vena izquierdista, garantista y populista en una embestida contra el sistema liberal capitalista. El problema es que en la producción de la riqueza mundial hasta el siglo XIX, en que se generalizó el uso de la máquina en los procesos industriales, el hombre no fue capaz de multiplicar la riqueza en breves períodos de tiempo; pero a partir de esa época, la riqueza dependió del progreso técnico, con mucha ventaja respecto de cualquier otro factor.

Hacia 1800 la población mundial andaba por los 900 millones de habitantes. En 1900 se alcanzaron los 1.600 millones; en 1960 había 3000 millones. A mediados de 1999 se superaron los 6.000 millones. Hoy contamos con 7.000 millones. Este fenómeno es posible por el crecimiento de la producción mundial, que es más rápido que el crecimiento de la población, dando lugar al mejoramiento del ingreso per cápita. Entre 1970 y el 2010, la producción mundial se multiplicó por tres, en dólares constantes, y la población no alcanzó a duplicarse. Este fenómeno extraordinario es obra del capitalismo y se produjo bajo su imperio.

La Rusia Soviética implosionó por negar sus principios. China comunista debió abrirse a las inversiones de Occidente y modificar la doctrina comunista, ajustando su economía interna global al más crudo racionalismo económico. Los estudios de Solow –premio Nobel 4n 1987– y de sus contemporáneos demostraron que el fenómeno del crecimiento se debe a la acumulación del capital, pero más importante aún, al desarrollo del progreso tecnológico. Es decir: reconocieron a la tecnología, la calificación de la mano de obra y las innovaciones como los principales motores del crecimiento económico. Esto es convertir a la cultura en el centro del desarrollo económico.

Frente a esta realidad, ¿cuál puede ser el destino del populismo latinoamericano sino su inevitable fracaso? Lo contrario sería imaginar el fracaso de Latinoamérica si sigue sus tendencias. Pero los pueblos no tienen tendencias suicidas, como ya lo han demostrado entre otros Chile y Brasil. Desde 1983 al 2010, con 26 años de gobiernos electivos –diferentes versiones del populismo, radical o justicialista–, la Argentina, en dólares corrientes, creció 3,3 veces, contra más de cinco veces de la economía mundial, 10 veces Chile y casi 12 veces Brasil. Desde 1998 al 2010 la Argentina creció 115% contra 248% de Chile y 226% de Brasil, en dólares corrientes. La diferencia se encuentra en que tanto Chile como Brasil han adoptado la política de comercio exterior fundada en la teoría de las ventajas comparativas, clásicas del liberalismo, y han combatido eficazmente la inflación, todo de acuerdo con el pensamiento más liberal de sus economistas, a diferencia de la Argentina que no ha abandonado los principios del populismo, fundado en la obstrucción de sus exportaciones más competitivas, la distribución y la irracionalidad económica, propia de una mentalidad precapitalista, todo un arcaísmo cultural en el mundo moderno.

Chile durante todos sus gobiernos socialistas y el actual de centroderecha, han seguido el ideario económico de Büchi, el último ministro de Economía de Pinochet, y a ello han debido su pujante evolución, al punto de haber superado el ingreso por habitante de la Argentina por primera vez en más de cien años. Brasil ha desplazado al Reino Unido como sexta potencia económica mundial, aplicando los viejos principios ingleses del comercio mundial, esto es exportando los bienes y servicios para los que tienen más aptitud y eficiencia, es decir los agroindustriales, contra los industriales, sin perjuicio de lo cual la industria se ha expandido satisfactoriamente con la expansión de los ingresos externos, gastados a favor de la industria local.

En defensa del bienestar del pueblo argentino y de los intereses de la Nación, debemos derrotar al populismo y extirparlo definitivamente como a un tumor canceroso.

Joaquín Bertrán

DNI 5.433.822

Joaquín Bertrán

DNI 5.433.822

Neuquén