El caso García Belsunce va a juicio oral

Actualizado a las 19:42

BUENOS AIRES (DyN) – La Justicia de San Isidro ordenó hoy enviar a juicio oral el caso del homicidio de María Marta García Belsunce, ocurrido hace casi tres años, donde el viudo, Carlos Carrascosa, está acusado de ser el asesino, mientras familiares y amigos deberán dar explicaciones por presunto encubrimiento. El juez de Garantías de San Isidro Diego Martínez, subrogante en el expediente, rechazó hoy las impugnaciones planteadas por la mayoría de los involucrados y dio por cerrada la etapa de instrucción para que sea un tribunal oral el que defina el denominado «crimen del country», en el que no hay ningún detenido.

De esta manera, el juez que reemplazó al ascendido Diego Barroetaveña dio vía libre a los argumentos del fiscal Diego Molina Pico, que había responsabilizado a Carrascosa por el homicidio de su esposa, en el marco de una oscura trama que, según el representante del Ministerio Público, involucraba al narcotráfico y el lavado de dinero. En esa hipótesis, también consideró supuestos encubridores al cuñado de la víctima, Guillermo Bártoli; a los hermanos Horacio García Belsunce (h) y John Hurtig; al padre de éste, Constantino; a los vecinos Sergio Binello y Nora «Pichi» Taylor, a la masajista Beatriz Michelini y al médico Juan Gauvry Gordon.

Sin embargo, la resolución del juez Martínez será apelada en los próximos cinco días, adelantaron a DyN fuentes allegadas a las defensas, que quieren evitar que sus clientes lleguen al banquillo con esa acusación sobre sus espaldas. Es que de los nueve imputados en el proceso sólo uno de ellos aceptó ser enviado a juicio oral apenas le consultaron: el periodista Horacio García Belsunce (h), hermano de la víctima, quien le pidió a su defensor oficial que promoviera la urgente iniciación del debate, informaron fuentes del caso.

A contrapelo, el resto de los involucrados se opuso por cuestiones jurídicas al comienzo del juicio, más allá de que todos digan que quieren que el caso llegue al debate oral para demostrar sus respectivas inocencias. Si bien las instancias superiores que revisaron el caso ya han planteado la necesidad de que el debate se realice lo más pronto posible, es claro que el trámite formal para la elevación a juicio oral no sería inmediato y el proceso para ventilar el crimen de la socióloga -ocurrido hace dos años, diez meses y 21 días- recién tendría que esperar, por lo menos, hasta el año próximo.

María Marta García Belsunce, de 50 años, entonces vicepresidente de la entidad Missing Children, fue encontrada muerta en el baño de su casa del country Carmel, de Pilar, el 27 de octubre de 2002. Su viudo y otros familiares sostuvieron la versión de que había patinado en la ducha y se golpeó con las canillas, pero luego se descubrió que, en realidad, la habían matado de cinco tiros en la cabeza. El sexto balazo rebotó en el cráneo y fue considerado un «pituto» -como se llamó a un presunto sostén metálico de estantes- que la familia tiró al inodoro.

Primero la Justicia procesó por encubrimiento a familiares y amigos, pero tres testigos contradijeron la supuesta coartada del viudo y Carrascosa fue la cárcel como el supuesto homicida. Su estadía tras las rejas duró menos de 50 días, porque el hoy camarista Barroetaveña lo benefició con una libertad morigerada que, aunque cuestionada y ya derogada, sigue permitiéndole al imputado vivir en sociedad.

Según el pedido de elevación a juicio del fiscal Molina Pico, firmado el 16 de febrero del 2004, María Marta fue asesinada por los oscuros negocios que habrían mantenido ella y su círculo intimo con el cuartel de Juárez, el narcotráfico y el lavado de dinero. «María Marta formaba parte o en su caso estaba muy anoticiada de la actividad mafiosa, de su accionar, sus movimientos ilegítimos de dinero ilegal. La presencia (en la casa) de su esposo, posible golpeador, junto a otras personas, también allegadas, y algún desconocido, precipitaron su pensamiento 'Era boleta! Y peleó… Carrascosa participó en la muerte de María Marta», dice la teoría del fiscal.

De acuerdo a la Fiscalía, fueron precisamente las oscuras redes de esa «telaraña» las que llevaron a todo el entorno de Carrascosa a garantizar «la 'omertá', el tradicional silencio mafioso» y encubrir el homicidio de la socióloga que estaba en la cúpula de Missing Children, la organización que se encarga de la búsqueda de chicos perdidos.


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