El «Che» logró revolucionar el festival

Las dos películas fueron ovacionadas. Benicio del Toro interpreta a Guevara.

CANNES (DPA) – Icono de algunas generaciones y emblema de camisetas y pósters para otras que no lo conocieron, el Che tendrá desde ayer, para muchos otros, el rostro de Benicio del Toro, el actor puertorriqueño que ofrece una soberbia interpretación de la legendaria figura argentino-cubana: Ernesto 'Che' Guevara. «Esa era la idea, ¿se puede dar una historia a una camiseta?», dijo en entrevista con algunos medios españoles Steven Soderbergh, el director del filme que se exhibió en Cannes.

«La respuesta no la tendremos hasta que la película se estrene en el mundo. Así lo espero, pues hay mucho más que una camiseta. Estamos ante una buena situación: La gente conoce el nombre y conoce la imagen, pero no conocen la historia». «Estaba en Nueva York y vi a una mujer con un tatuaje del Che en su trasero y espero que ella quiera saber por qué lleva ese tatuaje», relató a modo de anécdota el cineasta, que compite en el certamen francés por la Palma de Oro, el galardón que lazó su carrera con su primera película, «Sexo, mentiras y video»», hace casi 20 años.

Soderbergh, desafiando las leyes del mercado, ha forjado una monumental reproducción de la vida del líder revolucionario en casi cuatro horas de película, y lo que todavía resulta más osado para una producción internacional con el objetivo de ser estrenada en Estados Unidos: la rueda en español.

«No creo que se pueda hacer esta película con credibilidad alguna si no es en español. Confío en que finalmente hayamos llegado al momento en que cada película que se hace en una cultura fuera del país, se haga en el idioma de esa cultura. Ya no puedo puedo ver una película sobre un país donde la gente hable otro idioma», explicó el director, que tan sólo habla un poco de español.

De este modo, mientras el puertorriqueño Benicio intenta reproducir el acento argentino del Che, el mexicano Demian Bichir imita el de Fidel Castro, el brasileño Rodrigo Santoro el de su hermano Raúl y así un largo etcétera de actores de varios países iberoamericanos. Pese a la mezcolanza de acentos, Soderbergh considera que una película debería funcionar más allá del sonido.

«Hasta cierto punto, el idioma no me importa tanto, se debería poder ver sólo las imágenes y que tuviera sentido», que lo filmado fuera capaz de transmitir emoción. «Che» se centra en los dos momentos en que Ernesto Guevara decidió emprender la lucha armada, cuando combatió junto a Fidel Castro en Cuba y cuando marchó a Bolivia.

La película, que se divide en dos «capítulos», «El argentino» y «Guerrilla», tuvo una larga ovación en la proyección de gala, mientras que la acogida de la crítica fue más moderada: aplaudió más la primera que la segunda parte. Sin embargo, en lo que todos coinciden es en elogiar el extraordinario trabajo de Benicio del Toro, quien además coproduce la película.

«La primera -admite Soderbergh-, es más una película de Hollywood, la segunda es una película más artística». «La primera la hicimos por el dinero, la segunda por amor al arte», remató en tono jocoso Del Toro, cuyo maquillaje a las 10 de la mañana apenas podía ocultar las huellas de la estupenda fiesta celebrada en la víspera por el estreno de la película.

Del Toro fue al parecer quien inculcó a Soderbergh el interés por la figura del Che, y juntos comenzaron a gestar el proyecto después de rodar «Traffic», la cinta con la que el puertorriqueño consiguió su Oscar al mejor intérprete de reparto. La impresión que tenía antes del Che se confirmó con la investigación de la película, dijo Soderbergh. «Él era una persona que siempre elegía el camino más difícil. Es alguien que deja todo dos veces en su vida para luchar por los demás y eso no es algo normal», explicó.

Para el director de «Ocean's Eleven», los temas que cuestionó el Che siguen sin tener una respuesta en Latinoamérica. El hecho de que el líder indigenista Evo Morales esté al frente de la presidencia de Bolivia demuestra que el Che llegó 40 años antes de tiempo, explicó el cineasta, quien considera además que si en vez de haber sido latinoamericano hubiese sido anglosajón, su obra habría tenido una proyección mayor.

Tras haber conseguido llegar a tiempo a Cannes con la película, el sueño de Soderbergh ahora es poder mostrar juntas las dos partes, algo muy difícil de conseguir por evidentes razones comerciales. «Las dos películas están tan conectadas que no tiene sentido mostrarlas separadas, pues una refleja la otra en cuanto a la evolución de la historia. Espero que en Estados Unidos, en el estreno inicial se muestre así», dijo.

«Evidentemente es un gran reto, supongo que esta es la mejor forma de definirlo, cuando hablamos de presentar las dos películas como una sola, porque no es una situación comercial normal, pero tampoco es un tema normal.

En unos meses, cuando la película se estrene, finalmente se verá si Soderbergh ha podido hacer suya una de las frases más famosas del Che: «Seamos realistas y hagamos lo imposible».


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