El chico de la tapa
Luciano Vietto casi que celebró en soledad su gran noche con sus tres primeros goles y contribuyendo para que Racing se aferre a la ilusión de volver a pelear por un título. “Comimos algo en el vestuario, llegué a casa, hablé con mi mamá y me fui a dormir”, sostuvo el chico de 18 años que tiene a toda su familia en Balnearia, un pueblo cordobés que de apenas 10 mil habitantes. A la mañana siguiente, Vietto se levantó para comprar el diario, y el canillita, a pesar de que el jugador estaba en la tapa de los medios, no advirtió quién era su cliente: “Lo fui a comprar yo, pero no me reconoció”, dijo el joven delantero en diálogo con radio La Red.
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Luciano Vietto casi que celebró en soledad su gran noche con sus tres primeros goles y contribuyendo para que Racing se aferre a la ilusión de volver a pelear por un título. “Comimos algo en el vestuario, llegué a casa, hablé con mi mamá y me fui a dormir”, sostuvo el chico de 18 años que tiene a toda su familia en Balnearia, un pueblo cordobés que de apenas 10 mil habitantes. A la mañana siguiente, Vietto se levantó para comprar el diario, y el canillita, a pesar de que el jugador estaba en la tapa de los medios, no advirtió quién era su cliente: “Lo fui a comprar yo, pero no me reconoció”, dijo el joven delantero en diálogo con radio La Red.
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