“El chisme, una industria nacional”
En 1946, ante la cercanía de la independencia de la India, un periodista británico entrevista al Mahatma y le formula la siguiente pregunta: “Señor Gandhi, ¿usted considera importante que las masas de la India aprendan a leer y escribir? “Sí, es importante, pero no lo es todo, fíjese lo que sucedió con los alemanes (hacía apenas un año que había concluido la Segunda Guerra Mundial), Alemania tenía un alto nivel de alfabetización, centros académicos de prestigio, ciencia y técnica, pero Herr Hitler arrastró a los alemanes a la guerra, de nada sirve leer y escribir si no se aprende a convivir con los vecinos”, le contestó Gandhi. Aparte de ese deporte nacional que consiste en estrellarse y reventarse en las rutas, a nuestra turbamulta le agrada degustar el chisme y la maledicencia que se ha convertido en una industria nacional y ,estimo es uno de los factores que impiden la tan proclamada “Unidad Nacional”. Ejemplo: la cantidad de programas de eso que generosamente llamamos tevé argentina, y que medran económicamente exponiendo el barro de la calle, que me disculpe don Jaime Yankelevich. La filosofía árabe denomina Gaiba a las maledicencias; deseo compartir con los lectores verdades que podemos o no compartir pero no ignorar, que contribuyan a que convivamos mejor. “Entre los hermosos y edificantes ejemplos que podemos citar referentes a este terrible mal, se encuentra el del Ráhib Ben Jozaim, en ocasión de responder a un amigo que le preguntó por qué no se le oía censurar jamás a nadie en su ausencia, diciendo: “ Si no estoy conforme con lo que soy, ¿Cómo puedo dedicarme un instante de mi tiempo a censurar o criticar a los demás? Y luego recitó el siguiente verso: “Sólo lloro sobre mí mismo; Porque mi “yo” demasiado tiene Miserias humanas y defectos morales Como para ocuparse de los demás”. Gonzalo Hernán Almirón Touris, DNI 20.882.448 Allen
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