El Colegio de Arquitectos, al borde del quebranto

El rojo ronda los 200.000 pesos por una presunta estafa.

NEUQUEN (AN) – El presunto desfalco en el Colegio de Arquitectos de Neuquén (CAN), por el que está sospechado un ex empleado y la anterior comisión directiva que encabezaba el ex diputado radical Marcelo Piombo, dejó a la entidad al borde del quebranto. Las deudas rondan los 200.000 pesos y los acreedores, desde organismos oficiales a particulares que recibieron cheques con firmas falsificadas, reclaman como garantía la propiedad de Entre Ríos al 500. La comisión directiva provisoria trabaja en dos frentes: salvar a la entidad y encontrar a los autores de la maniobra.

No sólo el ex gerente del CAN, despedido cuando se descubrió la presunta estafa, y el ex presidente Piombo -de mínima le atribuyen negligencia en su función-, aparecen en la mira de los dirigentes, sino también el Banco Provincia del Neuquén (BPN), entidad donde durante más de un año pagaron cheques con firmas falsificadas.

El empleado que está bajo sospecha, según los dirigentes, argumentó que «me robaron la chequera» para justificar el descontrol.

«Pero la urgencia es encontrar las vías para encarar las soluciones. Las deudas, ya sea por no haber pagado a los organismos recaudadores, la obra social y a los tenedores de los cheques, trepa a los 98.000 pesos, pero el quebranto está estimado en el doble de esa cifra», dijeron Jorge Grin y Ramiro Fernández, quienes junto Otto Hansen y Mauro Ramírez conforman la comisión provisoria, tras el alejamiento de Piombo.

«Por un lado impulsamos una profunda investigación para deslindar responsabilidades. No se las podemos atribuir a la anterior conducción en tanto no tenemos elementos que los incriminen, pero tampoco podemos liberarlos hasta tanto se esclarezca qué pasó para llegar al estado de cuasi-quebranto al que se llegó», señaló Grin.

Para Fernández el otro aspecto es mantener a la entidad en todas sus funciones. «El CAN no sólo es un ámbito que resuelva intereses de los matriculados, salvaguardando el ejercicio profesional, es una entidad que tiene como fin desarrollar actividades de incumbencia social. Planificaciones, propuestas para obras públicas, concursos y otras participaciones le otorgan un rol comunitario que va mucho más allá del interés sectorial», señaló el dirigente.

La maniobra que derivó en la actual situación del Colegio se descubrió cuando un matriculado no pudo hacer uso de la obra social (ISSN), por falta d pago. A partir de ese hecho se descubrió que los descuentos a los adherentes no habían sido depositados.

La investigación, encarada inicialmente por el propio CAN permitió descubrir que el BPN pagó cheques con la firma de su presidente, Piombo, y del tesorero, Daniel Jenkins -quien se encontraba desde hacía dos años en Europa-, por 92.000 pesos. «Pero además se movieron fondos por otros 90.000 pesos. No hay registro de esos movimiento. Se hacían pagos y depósitos que no figuran en ningún lado», dijeron los dirigentes actuales.

Agregaron que los cinco intentos de entrevistarse con el presidente del BPN, Luis Manganaro, fracasaron. «No nos ha querido atender. La última vez llegamos hasta la antesala de su despacho y nos dijeron que había suspendido las audiencias. Ahora tenemos pedida audiencia con el gobernador Jorge Sobisch», relataron Grin y Ramírez.

Los acreedores, que han promovido una «catarata» de demandas, son la Caja de Previsión de Profesionales, la Anses, Osecac, proveedores varios y, lo más significativo, prestamistas que presentan cheques librados, incluso, después que la cuenta bancaria había sido cerrada.


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