El combustible que llega a San Martín no alcanza

Hay alta demanda en las estaciones de servicios

SAN MARTÍN DE LOS ANDES (ASM).- Los camiones llegan todos los días, pero no alcanza. El abastecimiento de combustible en la localidad es ampliamente superado por la demanda desde hace una semana. Ayer, enormes filas de autos de hasta cuatro cuadras esperaron la llegada del camión a una de las estaciones de servicios y, en cuestión de horas, se hicieron de los 35.000 litros de nafta que trajo. La situación se ha vuelto caótica y no hay ningún plan de contingencia. Es probable que hoy suceda lo mismo con el despacho que tienen previsto recibir las otras dos estaciones de servicio de San Martín de los Andes: expenderán hasta la última gota sin poder cortar el círculo vicioso que se ha creado, y que afecta principalmente al turismo. Para evitar esta inusitada realidad, los sanmartinenses concurren a las estaciones a pie, con bidones en mano. Así pierden menos cantidad de tiempo y con unos pocos litros mantienen sus vehículos andando. Los locales se toman este contratiempo con algo de gracia, pero para el turismo se trata de un inconveniente muy difícil de procesar. “No vuelvo nunca más”, es la frase que más veces escuchó este cronista en una recorrida por las estaciones de servicio, donde reinaba un intenso malhumor. “En vez de pasear y disfrutar de la naturaleza, me comí todo el día arriba del auto, al sol, sobre el asfalto, con 30 grados de calor”, le dijo un señor mayor a este diario, fastidiado hasta el hartazgo. “El problema se produjo con los cortes de ruta”, explicó el dueño de una de las estaciones de servicio a Río Negro. “Ahí se desequilibró el abastecimiento, perdimos el colchón de reserva, y se generó un nivel de demanda que es imposible satisfacer, máxime pensando que en unos días empieza el recambio por fin de mes”, agregó. Ayer, en esa estación de servicio se produjo un hecho curioso: tras agotarse el stock de naftas alrededor de las 17, no pudo seguir expendiendo gasoil por unas horas hasta que se desconcentraron todos los vehículos, pues entre los turistas se generaron situaciones de violencia ante el descreimiento de que no había super ni premium.

Iván Gurevich

Se utilizaron bidones para cargar. Otros soportaron tediosas esperas en los automóviles.


SAN MARTÍN DE LOS ANDES (ASM).- Los camiones llegan todos los días, pero no alcanza. El abastecimiento de combustible en la localidad es ampliamente superado por la demanda desde hace una semana. Ayer, enormes filas de autos de hasta cuatro cuadras esperaron la llegada del camión a una de las estaciones de servicios y, en cuestión de horas, se hicieron de los 35.000 litros de nafta que trajo. La situación se ha vuelto caótica y no hay ningún plan de contingencia. Es probable que hoy suceda lo mismo con el despacho que tienen previsto recibir las otras dos estaciones de servicio de San Martín de los Andes: expenderán hasta la última gota sin poder cortar el círculo vicioso que se ha creado, y que afecta principalmente al turismo. Para evitar esta inusitada realidad, los sanmartinenses concurren a las estaciones a pie, con bidones en mano. Así pierden menos cantidad de tiempo y con unos pocos litros mantienen sus vehículos andando. Los locales se toman este contratiempo con algo de gracia, pero para el turismo se trata de un inconveniente muy difícil de procesar. “No vuelvo nunca más”, es la frase que más veces escuchó este cronista en una recorrida por las estaciones de servicio, donde reinaba un intenso malhumor. “En vez de pasear y disfrutar de la naturaleza, me comí todo el día arriba del auto, al sol, sobre el asfalto, con 30 grados de calor”, le dijo un señor mayor a este diario, fastidiado hasta el hartazgo. “El problema se produjo con los cortes de ruta”, explicó el dueño de una de las estaciones de servicio a Río Negro. “Ahí se desequilibró el abastecimiento, perdimos el colchón de reserva, y se generó un nivel de demanda que es imposible satisfacer, máxime pensando que en unos días empieza el recambio por fin de mes”, agregó. Ayer, en esa estación de servicio se produjo un hecho curioso: tras agotarse el stock de naftas alrededor de las 17, no pudo seguir expendiendo gasoil por unas horas hasta que se desconcentraron todos los vehículos, pues entre los turistas se generaron situaciones de violencia ante el descreimiento de que no había super ni premium.

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