El conflicto de la PIAP viaja a Buenos Aires

Los empleados de la ENSI, la operadora de la planta, se movilizaron y obtuvieron el respaldo de los legisladores.

NEUQUEN (AN).- Los trabajadores de la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) eligieron un mal día para difundir sus problemas. Ayer, en medio de renuncias que se sucedían en cadenas en el gobierno nacional marcharon desde Arroyito hasta esta ciudad y anunciaron que el próximo jueves se movilizarán en Buenos Aires.

A pesar de todo, no les fue tan mal: los diputados de los tres bloques legislativos prometieron acompañarlos.

La PIAP está en medio de una lucha por la supervivencia. Si en el presupuesto del año próximo no aparece una cifra de 33 millones de pesos para fabricar agua pesada, la planta puede cerrar.

Unos 250 trabajadores de la PIAP marcharon ayer desde Arroyito hasta esta capital y consiguieron respaldo político en la Legislatura, pero también cosecharon adhesiones de los intendentes de Senillosa y de Plottier. Los empleados ya habían obtenido el apoyo del Ejecutivo provincial, cuando el lunes pasado tomaron la planta en busca de la conformación del bloque que ayer terminaron de conformar.

Los recursos presupuestarios son vitales para la continuidad de esta industria sobre la que giran propuestas alternativas como la construcción de una planta de fertilizantes, un proyecto en el que podría estar interesada la empresa Repsol YPF (ver aparte).

El delegado de la ENSI, Fernando Lisse y el secretario gremial de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), Julio Fuentes, lanzaron duras críticas al jefe comunal neuquino, Horacio Quiroga, y a su par de Cutral Co, Eduardo Benítez. Los gremialistas exigieron a ambos intendentes que no intervengan en las gestiones que se están realizando en favor de planta.

La intención de Quiroga y Benítez sería interceder para que Nación apruebe el convenio firmado por la provincia con Repsol-YPF y además que esta empresa invierta en la planta, «lo que está fuera de todo contexto, porque un tema no tiene nada que ver con el otro, han mezclado los tantos», aseguró Fuentes.

Los empleados de la PIAP salieron de Arroyito a las 9 en cuatro colectivos hicieron la primera escala en Senillosa, donde fueron recibidos por el intendente Sergio Farías, los concejales y algunos vecinos. Todos marcharon por las calles de esa ciudad.

En Plottier, los trabajadores se encontraron con el intendente de la localidad, Sergio Gallia, quien les entregó en mano un decreto que acababa de firmar en el que declaró de interés municipal la permanencia de la PIAP.

Una vez en Neuquén, los manifestantes caminaron unas 20 cuadras por la multitrocha hasta la Legislatura provincial donde fueron recibidos por algunos diputados, en su mayoría miembros de las comisiones de Hacienda y Energía.

La planta se encuentra paralizada desde hace casi un mes y para seguir funcionando necesita que el gobierno nacional incluya en el presupuesto del año próximo una partida de 33 millones de dólares en los gastos de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).

Con ese monto, la Comisión podría comprarle a la PIAP 200 toneladas de agua pesada para las centrales de Embalse Río tercero y Atucha I, lo que le permitiría funcionar durante dos años.

Un mercado reducido

NEUQUEN (AN).- El mercado del agua pesada es reducido, pero no son muchos los especialistas en fabricar este producto que se utiliza para refrigerar los generadores de energía de las centrales atómicas. La PIAP es la planta más grande del mundo en esta materia y es una obra que le costó al país más de mil millones de dólares de inversión.

La PIAP puede responder agua en Atucha I y Embalse, producir la carga inicial de Atucha II si el gobierno decide finalizar esta obra y hacer frente al requerimiento del insumo para el reactor experimental del Invap en Australia.

En el mercado internacional, la PIAP puede presentarse en licitaciones y satisfacer demandas que se esperan a gran escala en países consumidores del producto, como Canadá y Corea del Sur.

De la PIAP dependen 400 puestos de trabajo en forma directa y otros 300 indirectos que se generan con contratistas, proveedores, transportistas y talleres.

En la ENSI, la empresa que opera la planta, calculan que en la presente década se pueden realizar exportaciones por un valor de 350 millones de dólares.

La PIAP fue reactivada por una decisión política del gobierno del ex presidente Carlos Menem con el apoyo de la provincia a principios de los 90. A la ENSI le encomendaron fabricar agua pesada para devolver el agua pesada que la Argentina le alquiló a Canadá para los reactores de las centrales nucleoeléctricas del país.

Debate en el Congreso

NEUQUEN (AN).- El diputado nacional por el MPN, Pedro Salvatori, informó ayer que el proyecto que busca incorporar 33 millones al presupuesto nacional para la Empresa Neuquina de Servicios de Ingeniería Sociedad del Estado (ENSI) fue girado a las comisiones de la Cámara.

Salvatori aseguró que gestionará audiencias la próxima semana en las comisiones respectivas para que viajen desde Neuquén, «directivos de la PIAP, concejales, intendentes, diputados, todo lo que sea necesario en defensa de la planta», dijo.

El importe es el monto necesario para el funcionamiento y la producción de 200 toneladas de agua pesada en el período 2001 – 2002. «Con ese stock de agua pesada se puede generar una exportación por 350 millones de pesos», aseguró Salvatori al tiempo que recordó que mientras funcionó, la planta «se autoabasteció, no fue necesario darle dinero».

Recordó que la paralización de actividades en la planta se debe a la «falta de definiciones» de la comisión interministerial, que debió haber emitido un dictamen sobre la continuidad de la construcción de Atucha II, cuya ejecución requiere del aporte de agua pesada.

Consultado por el presunto interés empresarial de Repsol YPF en la Piap, Salvatori consideró que la firma podría participar en la licitación nacional e internacional que se abrirá el 11 de noviembre para construir una planta de fertilizantes que se adicionará a la estructura de la planta de agua pesada. El diputado nacional recordó que la fabricación de urea en la PIAP significa para los inversores un ahorro cercano al 40 por ciento del total de los fondos que se requieren para levantar una planta de fertilizantes.


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