El crudo pasó los 67 dólares y apunta a 70
NUEVA YORK (AFP) – Por quinto día consecutivo, el petróleo prosiguió su carrera imparable hacia los 70 dólares tanto en Nueva York como en Londres, batiendo nuevos récords, azuzado por la especulación, los problemas en algunas refinerías, la persistente demanda y el débil crecimiento de la oferta fuera de la OPEP.
En Nueva York, el barril de «light sweet» para entrega en septiembre llegó a valer 67,10 dólares, marcando una nueva cota sin precedentes desde que se empezó a cotizar esta calidad en 1983. Al final de la jornada, cerró ligeramente por debajo de ese valor, a 66,86 dólares, en alza de 1,06 dólares.
Por su parte, el Brent del mar del Norte superó en Londres los 66 dólares el barril por primera vez también en la historia, hasta 66,55 dólares, para cerrar luego a 66,45 dólares, en alza de 1,07 dólares respecto al día anterior. Desde agosto del 2004, el precio del petróleo ha aumentado un 61%, un 120% desde el mismo mes del año anterior y el 164% desde agosto del 2002, cuando costaba 25 dólares por barril.
Los analistas esperan que suba a los 70 dólares en Nueva York en breve. Para Seth Kleinman, analista de la agencia de consultores estadounidense PFC Energy, existe la idea generalizada de «que los precios del petróleo tienen muchas más probabilidades de llegar en breve a los 70 dólares que a los 50».
Ya preocupan los efectos económicos
El precio récord del petróleo promete llevarlo hasta los 70 dólares por barril, un nivel ya no tan lejano al que llegó en la crisis del ‘80 y cuyo impacto negativo en la economía mundial podría empezar a hacerse sentir. «El mercado prosigue sus constantes esfuerzos para alcanzar nuevas cotas. Está buscando un nivel de precio que afectará a la demanda, pero todavía no se ha encontrado, por lo que sólo le queda seguir subiendo», explicó Simon Wardell, analista de Global Insight. Los analistas explican el nerviosismo de los operadores por varios motivos: el fuerte incremento de la demanda, vinculado a la recuperación económica mundial; la falta de capacidad de producción y de refinación; y temores sobre la seguridad en Medio Oriente, en especial Arabia Saudita, primer productor mundial de oro negro. El precio refleja además una serie de averías ocurridas en refinerías estadounidenses: el mercado está tan tenso que cualquier interrupción de la actividad, aunque sea parcial, es sinónimo de escasez. Aunque los consumidores por ahora no parecen enterarse, los analistas advierten que pronto empezarán a sentir el impacto. Para Francis Perrin, de la revista especializada » Petróleo y gas árabes» la peor parte se la pueden llevar los países en desarrollo importadores, donde pueden haber disturbios violentos por alzas de precios. Hasta ahora, la subida no ha «sido suficiente para revertir la tendencia del crecimiento económico», indicó la AIE. Pero lo peor quizá esté por venir. (AFP)
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