El desafío del exilio y empezar de nuevo

Alicia Karriere junto con su marido Juan y sus tres hijos fueron de los primeros colonos del Idevi. Nacieron en Argelia, huyeron de la violencia de ese país y de la discriminación en Francia.

TESTIMONIOS

“Para vos y papá no fue fácil. Mucho sacrificio pero ¡que bien! que hicieron en venir para acá, por nosotros”. La emoción apenas si le dejó pronunciar esa manifestación de su segundo hijo, Ives, que ya cumplió 50.

De esa forma Alicia Karriere graficó lo que significa para su familia aquella lejana elección que los trasformó en los primeros colonos extranjeros del Idevi.

Aquí llegaron el 7 de setiembre de 1969, huyendo de la violencia, la discriminación y la falta de trabajo. Viedma les abría sus puertas en la zona de chacras que se iniciaba con la ilusión de desarrollo. Una casa de material en medio de un enorme terreno sin un árbol pero con abundante agua para verlos crecer con el tiempo.

“A pesar de todo ha sido muy buena la decisión de venirnos porque nos permitió adaptarnos acá, conocer gente, tener amigos y no estar solamente en la chacra. Eso fue muy interesante y constructivo tanto como la vida social que logramos con la Alianza Francesa”, donde fue docente durante años.

Nació en Argelia, Africa del norte -entre Túnez y Marruecos- frente a Francia. Allí se recibió de docente, se casó y tuvo a su primer hijo, Cristóbal. En esos años Argelia era una colonia francesa a la que con los años se afincaron colonos que le conocieron la cara a todas las pestes y sacrificios. Su familia y la de su esposo fueron unos de ellos que se dedicaron a la agricultura.

En el 54 soplaron vientos de independencia en un grupo de Argelia y sobrevinieron siete años de guerra hasta que en el 62, De Gaulle cedió al reclamo independentista de aquellos grupos que no incluyó a toda la población que permanecieron en Argelia hasta que aparecieron rumores de una masacre generalizada. Los que no habían apoyado aquel levantamiento quedaron más expuestos y emigraron. “En un mes se fue un millón de personas descendientes de franceses, la mayoría a Francia -como nosotros- pero el gobierno de este país no se organizó para recibirnos”, recordó Alicia al señalar que los únicos “que estuvieron preparados fueron los capitanes de barcos que cargaron gente como si fueran animales con no más de dos valijas”.

Al igual que el resto Alicia, su esposo e hijo salieron en el 61 de Argelia a Francia bajo el estigma de “los pies negros y donde conocí el racismo”. Se fueron en el 69 con dos hijos más.

Su marido consiguió un trabajo de regente de un frigorífico pero pronto se quedó sin él. “Eramos jóvenes aún no teníamos 30 y nuestro objetivo era irnos por un tiempo” y luego de descartar varios países, a través de un contacto en Ginebra surgió la posibilidad de Argentina.

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación -FAO- proponía un par de lugares entre ellos el Idevi. Su marido viajó en marzo con un grupo de suizos para conocer el lugar y en setiembre “nos vinimos todos”.

Sus padres fueron colonos en Argelia y ellos en el Idevi. “Los pies nego somos un pueblo de pioneros y creo que esto se trasmite en los genes”.

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