El día después: pasajeros con temor y bronca

El horror de la tragedia ferroviaria de la estación Once derivó hoy en una menor cantidad de pasajeros por el “temor” a viajar en la línea Sarmiento, mientras la empresa concesionaria TBA mostró sus trenes más nuevos y procuró brindar el servicio como si el gravísimo siniestro no hubiese ocurrido. El miedo de los usuarios que no obstante el riesgo optaron por viajar mutó en bronca a media mañana, cuando algunos pasajeros insultaron a uno de los máximos ejecutivos de TBA, quien defendía la posición de la compañía cerca de carteles pegados en la estación con leyendas como “Nunca más Cromañón” y “Si es evitable, no es un accidente”. La postura de la empresa había llamado la atención en la apertura de la boletería, cuando gerentes del sector protagonizaron una disputa acalorada con los trabajadores, quienes manifestaron la “decisión gremial” de no cobrar el pasaje a los usuarios “en señal de duelo” durante 48 horas, en sintonía con el decreto de la presidenta Cristina Fernández. Al negarse los empleados a cumplir con lo que los ejecutivos dijeron que era “una orden de la empresa”, los gerentes comenzaron a expender boletos, constató DyN en una recorrida por la terminal de Once. A la hora y media, arribó el delegado de los trabajadores Claudio Núñez y dialogó con los ejecutivos, quienes accedieron al pedido de los empleados luego de consultar a las máximas autoridades de la compañía. En tanto, el servicio fue brindado con algunos “trenes reacondicionados”, manifestaron a esta agencia un mecánico ferroviario y usuarios que dijeron notar “una diferencia” entre las formaciones de ayer y las de hoy, pese a tratarse de máquinas con “varias décadas de uso” y a las demoras del servicio debido al cierre de tres andenes por el accidente. Sin embargo, el director de Material Rodante de TBA, Roque Cirigliano, lo negó al sostener que eran “las mismas” utilizadas ayer, mientras recibía insultos de los pasajeros que, en el hall central de la terminal, además le escucharon decir a la prensa que el servicio de la empresa “está bien para viajar con seguridad”, por lo que “es aceptable”. El ejecutivo, de la familia a cargo de la concesionaria desde 1995, comenzó a titubear y, poco después, finalizó de manera abrupta el contacto con los periodistas, en un episodio registrado a pocos metros de la salida de la estación en la que pasajeros pegaron carteles con leyendas como “Nunca más Cromañón” y “Si es evitable, no es un accidente”. En otro momento de la mañana, un pasajero oriundo de Ituzaingó que arribaba a la terminal con su mujer y sus hijos de 3 y 6 años contó que viajó con “temor”. “Mirá a los chiquitos”, pidió el usuario al cronista de DyN cuando argumentó el motivo de su miedo a desplazarse en la línea Sarmiento tras la tragedia de ayer. El pasajero agregó: “Pero no me queda otra: por falta de dinero, no tengo alternativa. Y no puedo darme el lujo de dejar de traer al hospital Fernández a mis hijos para que los revise el pediatra”. Poco después, otro usuario manifestó que se salvó “de milagro” ayer, al considerar que pudo haber viajado en los vagones más afectados del tren siniestrado, que acostumbraba a utilizar para viajar a Capital Federal con el fin de acudir a su lugar de trabajo. “Ayer, no pude venir a esa hora por un problema de salud. Pude haber estado en esa formación”, resaltó el usuario, llamado Daniel, de 53 años y con domicilio en Morón. El hombre agregó: “Ya me había tocado una situación brava en mayo último, cuando iba en uno de los trenes incendiados en el Gran Buenos Aires y Capital Federal”. El pasajero contó que tuvo que arrojarse a las vías desde una formación que había quedado varada entre las estaciones de Ciudadela y Liniers poco después de que comenzara a prenderse fuego. “Ya me salvé de dos infiernos: es la vida de un pasajero del Sarmiento”, concluyó. Agencia DyN

TRAGEDIA EN ONCE


El horror de la tragedia ferroviaria de la estación Once derivó hoy en una menor cantidad de pasajeros por el “temor” a viajar en la línea Sarmiento, mientras la empresa concesionaria TBA mostró sus trenes más nuevos y procuró brindar el servicio como si el gravísimo siniestro no hubiese ocurrido. El miedo de los usuarios que no obstante el riesgo optaron por viajar mutó en bronca a media mañana, cuando algunos pasajeros insultaron a uno de los máximos ejecutivos de TBA, quien defendía la posición de la compañía cerca de carteles pegados en la estación con leyendas como “Nunca más Cromañón” y “Si es evitable, no es un accidente”. La postura de la empresa había llamado la atención en la apertura de la boletería, cuando gerentes del sector protagonizaron una disputa acalorada con los trabajadores, quienes manifestaron la “decisión gremial” de no cobrar el pasaje a los usuarios “en señal de duelo” durante 48 horas, en sintonía con el decreto de la presidenta Cristina Fernández. Al negarse los empleados a cumplir con lo que los ejecutivos dijeron que era “una orden de la empresa”, los gerentes comenzaron a expender boletos, constató DyN en una recorrida por la terminal de Once. A la hora y media, arribó el delegado de los trabajadores Claudio Núñez y dialogó con los ejecutivos, quienes accedieron al pedido de los empleados luego de consultar a las máximas autoridades de la compañía. En tanto, el servicio fue brindado con algunos “trenes reacondicionados”, manifestaron a esta agencia un mecánico ferroviario y usuarios que dijeron notar “una diferencia” entre las formaciones de ayer y las de hoy, pese a tratarse de máquinas con “varias décadas de uso” y a las demoras del servicio debido al cierre de tres andenes por el accidente. Sin embargo, el director de Material Rodante de TBA, Roque Cirigliano, lo negó al sostener que eran “las mismas” utilizadas ayer, mientras recibía insultos de los pasajeros que, en el hall central de la terminal, además le escucharon decir a la prensa que el servicio de la empresa “está bien para viajar con seguridad”, por lo que “es aceptable”. El ejecutivo, de la familia a cargo de la concesionaria desde 1995, comenzó a titubear y, poco después, finalizó de manera abrupta el contacto con los periodistas, en un episodio registrado a pocos metros de la salida de la estación en la que pasajeros pegaron carteles con leyendas como “Nunca más Cromañón” y “Si es evitable, no es un accidente”. En otro momento de la mañana, un pasajero oriundo de Ituzaingó que arribaba a la terminal con su mujer y sus hijos de 3 y 6 años contó que viajó con “temor”. “Mirá a los chiquitos”, pidió el usuario al cronista de DyN cuando argumentó el motivo de su miedo a desplazarse en la línea Sarmiento tras la tragedia de ayer. El pasajero agregó: “Pero no me queda otra: por falta de dinero, no tengo alternativa. Y no puedo darme el lujo de dejar de traer al hospital Fernández a mis hijos para que los revise el pediatra”. Poco después, otro usuario manifestó que se salvó “de milagro” ayer, al considerar que pudo haber viajado en los vagones más afectados del tren siniestrado, que acostumbraba a utilizar para viajar a Capital Federal con el fin de acudir a su lugar de trabajo. “Ayer, no pude venir a esa hora por un problema de salud. Pude haber estado en esa formación”, resaltó el usuario, llamado Daniel, de 53 años y con domicilio en Morón. El hombre agregó: “Ya me había tocado una situación brava en mayo último, cuando iba en uno de los trenes incendiados en el Gran Buenos Aires y Capital Federal”. El pasajero contó que tuvo que arrojarse a las vías desde una formación que había quedado varada entre las estaciones de Ciudadela y Liniers poco después de que comenzara a prenderse fuego. “Ya me salvé de dos infiernos: es la vida de un pasajero del Sarmiento”, concluyó. Agencia DyN

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