El día en que hablaron Borges y Felipe Sapag
Aunque hayan pasado más de 40 años, hoy puede ser todavía una noticia, que Jorge Luis Borges y Felipe Sapag se reunieron en Neuquén el ocho de mayo de 1970. En la foto lucen las esposas de ambos: la de Borges, rubia, Elsa Astete Millán, una novia de la juventud con la que se había casado en septiembre de 1967, y de la que se separó unos meses después de haber estado en Neuquén. Chela, la esposa de Felipe, es la que mejor luce. Felipe era gobernador, cuando no, y había invitado a Borges a los actos de homenaje a Gregorio Alvarez. El acontecimiento más importante fue la conferencia que el escritor argentino de fama mundial que no tuvo el premio Nobel de Literatura dió en la Universidad del Neuquén, que entonces funcionaba en la escuela de Belgrano y Salta. La Universidad Nacional del Comahue fue creada dos años después. Este diario publicó una breve, demasiado breve, crónica de la conferencia, el nueve de mayo. Lo presentó Jorge Doroteo Solana, quien a la vez intendente era rector interino de la universidad. Según el título de la nota, Borges habló de “realidad y fantasía”. En toda su exposición “parangonó realidad y fantasía recordando los artificios imaginativos de Wells, Poe y Henry James”, así como la observación de Heráclito sobre que “todo fluye como un río”. Concluyó preguntándose si nuestra vida, la que vivimos cotidianamente, puede ingresar dentro del género denominado realista, o en el más amplio de la fantasía”. Solana y Alvarez acompañaron a Borges en el proscenio. A poco de que Borges comenzara con sus ensoñaciones se apagó la luz. Surgieron de la platea algunos comentarios y quejas. Borges, ya ciego, dijo, dirigiéndose a la platea, que él no tenía ningún inconveniente en seguir.
Aunque hayan pasado más de 40 años, hoy puede ser todavía una noticia, que Jorge Luis Borges y Felipe Sapag se reunieron en Neuquén el ocho de mayo de 1970. En la foto lucen las esposas de ambos: la de Borges, rubia, Elsa Astete Millán, una novia de la juventud con la que se había casado en septiembre de 1967, y de la que se separó unos meses después de haber estado en Neuquén. Chela, la esposa de Felipe, es la que mejor luce. Felipe era gobernador, cuando no, y había invitado a Borges a los actos de homenaje a Gregorio Alvarez. El acontecimiento más importante fue la conferencia que el escritor argentino de fama mundial que no tuvo el premio Nobel de Literatura dió en la Universidad del Neuquén, que entonces funcionaba en la escuela de Belgrano y Salta. La Universidad Nacional del Comahue fue creada dos años después. Este diario publicó una breve, demasiado breve, crónica de la conferencia, el nueve de mayo. Lo presentó Jorge Doroteo Solana, quien a la vez intendente era rector interino de la universidad. Según el título de la nota, Borges habló de “realidad y fantasía”. En toda su exposición “parangonó realidad y fantasía recordando los artificios imaginativos de Wells, Poe y Henry James”, así como la observación de Heráclito sobre que “todo fluye como un río”. Concluyó preguntándose si nuestra vida, la que vivimos cotidianamente, puede ingresar dentro del género denominado realista, o en el más amplio de la fantasía”. Solana y Alvarez acompañaron a Borges en el proscenio. A poco de que Borges comenzara con sus ensoñaciones se apagó la luz. Surgieron de la platea algunos comentarios y quejas. Borges, ya ciego, dijo, dirigiéndose a la platea, que él no tenía ningún inconveniente en seguir.
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