El dólar continúa bajo fuerte tensión
El dólar “cobertura” ya superó los 10 pesosLas reservas del Banco Central (BCRA) sólo respaldan el 52% de la base monetaria (M1) circulante en el mercado. Emisión monetaria y suba del gasto estatal, claves de estos desequilibrios.
Hacia fines del 2011 el gobierno nacional puso en marcha el cepo cambiario para detener la fuga de divisas, que ese año ascendió a 21.504 millones de dólares. A esta controvertida medida se sumaron las trabas a las importaciones, para impedir la salida de dólares, y las limitaciones en el giro de utilidades de las empresas al exterior. Las restricciones ideadas desde la Secretaría de Comercio Interior crecieron en forma progresiva y alcanzaron un éxito relativo: durante el 2012 y lo que va del 2013 se desplomó la salida de moneda del país. Pero los efectos colaterales no tardaron en aparecer. Los dólares que se esperaba que ingresaran a través de inversiones nunca llegaron y el retiro de moneda extranjera del país encontró nuevos canales para dejar el territorio nacional en busca de horizontes algo más seguros. La desconfianza pudo más que el intervencionismo compulsivo aplicado desde el gobierno. Pasados casi dos años desde la aplicación del cepo cambiario, llegamos a la conclusión de que el remedio tuvo sobre la economía efectos mucho más negativos que la misma enfermedad. Hoy el mercado de divisas se encuentra bajo una fuerte tensión. Y los dólares que no llegan del exterior son solventados por el Banco Central a través de sus reservas. Este escenario retroalimenta las presiones locales sobre la divisa norteamericana ante la escasez que se exhibe en el mercado. La teoría económica destaca que, frente a una menor oferta, el precio del producto comienza a subir. Y eso fue exactamente lo que pasó con el dólar en la plaza local. Las estadísticas terminaron por destrozar el relato kirchnerista. En diciembre del 2011 el dólar oficial se ubicaba en 4,31 pesos por unidad mientras que el blue se comercializaba en el mercado a 4,65 pesos, con una brecha del 8% entre ambas paridades. Esta semana, en un mercado que viene mostrando una alta volatilidad, el dólar oficial cerró cerca de 5,50 pesos mientras que el paralelo se ubicó en torno a los 8,60, con una brecha superior al 60%. Un dato que genera “ruido” en cualquier tipo de economía. El valor de cobertura que hoy tiene la moneda norteamericana va en línea con el desarrollo que se viene observando en el mercado financiero. La literatura económica define como tipo de cambio de cobertura la relación entre el M1 (circulación monetaria más depósitos en pesos en las cuentas corrientes) y las reservas internacionales existentes en el BCRA. Los últimos datos oficiales consignados en un informe de la consultora Analytica dan cuenta de que al cierre de junio el M1 alcanzaba los 381.715 millones de pesos y las reservas del Central se ubicaban en 37.005 dólares. Esto determina que el “dólar cobertura” se encuentre en 10,3 pesos. O, lo que es lo mismo decir, que los dólares de las reservas del BCRA sólo respaldan el 52% de la base monetaria (M1) circulante en el mercado. Una señal preocupante. De ahí que, por lo general, el dólar paralelo suba cuando lo hace el tipo de cambio de cobertura y cae el respaldo de la base monetaria. Cabe recordar que en marzo del año pasado el gobierno modificó la carta orgánica del BCRA y derogó el artículo que estipulaba que las reservas de la entidad debían respaldar el 100% de la base monetaria (al tipo de cambio vigente). El objetivo de esta medida fue poder utilizar parte del dinero que tenía el BCRA en sus bóvedas para financiar el rojo fiscal que arrastraba el gobierno. Con un gasto público desbordado, ya no alcanzaban la tonelada de soja a más de 500 dólares ni la presión tributaria record sobre la economía. En la práctica, esta “intervención” del BCRA implicaba que todas las reservas en adelante iban a poder ser consideradas de “libre disponibilidad”. Parte importante de los desequilibrios que se observan hoy en la plaza cambiaria tienen que ver con estas modificaciones en la carta orgánica del BCRA que terminaron por acelerar la emisión monetaria sin el respaldo genuino de activos. Efectos generados por el cepo Las trabas a las importaciones y el cepo modificaron las decisiones de consumo privado e inversión, afectando negativamente la demanda agregada y el nivel de actividad que venía registrando el país en los últimos tiempos. La tasa de crecimiento se enfrió y el PBI creció tan sólo un 1,4% durante el 2012. Paralelamente, el desempleo subió al 7,9% en el primer trimestre del 2013, el mayor de toda la región. Más allá de su impacto negativo sobre el crecimiento, el fortalecimiento del cepo cambiario no sirvió para erradicar la pérdida de reservas, que siguieron cayendo tal como lo destacan los balances de la entidad financiera. En el 2012 las reservas se redujeron cerca de un 7% (algo más de 3.080 millones de dólares). En el primer semestre de este año cayeron otro 14%, lo que se traduce en la pérdida de otros 6.290 millones de dólares. En pocas palabras, desde la aplicación de las medidas de Guillermo Moreno, el BCRA perdió 9.300 millones de dólares, lo cual representa un 20% del stock total de reservas al cierre fiscal del 2011. ¿Por qué caen las reservas? Como se mencionó, el cepo cambiario aplicado a partir de fines del 2011 sirvió para reducir la fuga de capitales. Un reciente informe elaborado por la consultora Economía y Regiones (E&R) da cuenta de que la formación de activos externos del sector privado no financiero pasó de un resultado negativo de 3.676 millones de dólares en el primer trimestre del 2011 a 1.606 millones también negativos durante el mismo período del 2012, para cerrar el primer trimestre del 2013 con un superávit de 110 millones de dólares. Sin embargo, la caída de la fuga de divisas no pudo compensar los desequilibrios generados por el resto de los canales por donde salieron miles de millones de dólares del país en este mismo período. Según la información difundida por el BCRA, el balance cambiario correspondiente al primer trimestre del año presenta una caída de 2.844 millones de las reservas internacionales, totalizando un stock de 40.446 millones hacia fines de marzo del 2013. Esta reducción de las reservas se mantuvo durante el segundo trimestre, a pesar de que se esperaba un repunte como consecuencia de los dólares provenientes de la soja. Proyecciones muestran que, al cierre de junio, se ubicaban en torno a los 38.600 millones. La caída de reservas se explica principalmente como consecuencia del rojo registrado en la cuenta corriente cambiaria y, en mucho menor medida, como resultado del déficit de la cuenta capital, que ascenderían a 2.261 y 584 millones de dólares respectivamente. Entre los componentes de estas dos cuentas que terminaron por afectar el balance del mercado cambiario se pueden mencionar: • Los menores ingresos de divisas generados a través del intercambio comercial. Durante el primer semestre de este año la balanza comercial del país generó un superávit de 4.723 millones de dólares, valor un 57% inferior al logrado el año anterior. En términos nominales, en los primeros seis meses del año ingresaron al país cerca de 6.000 millones de dólares menos que durante el mismo período del 2012. Los buenos resultados del campo no compensaron los déficits de la industria y de la energía. (Ver infografía) • El balance turístico va en la misma línea. Con un dólar “barato” para viajar al exterior se revirtió en el 2012 la ecuación positiva que permitía al gobierno sostener el ingreso de divisas al país a través del turismo receptivo. Pero este año la situación tiende a empeorar. Según datos del BCRA, la balanza turística en el primer semestre del año terminó con un déficit de 4.546 millones de dólares. En valores absolutos, el BCRA se deshizo este año de cerca de 2.800 millones de dólares más teniendo en cuenta los 1.753 millones de déficit consignados para el primer semestre del 2012. (Ver infografía) • Con el cepo cambiario la Argentina pasó a cancelar más créditos de los que recibe. Los agentes económicos tomaron menos créditos desde el exterior porque existe incertidumbre sobre el libre acceso a los dólares necesarios para cancelar sus obligaciones en el futuro. El ingreso de crédito cayó de 3.665 millones de dólares en el primer trimestre del 2011 a 3.242 millones en el mismo período del 2012 y 990 millones los primeros tres meses de este año. En definitiva, las medidas del secretario de Comercio Guillermo Moreno sólo atacaron uno de los canales que alimentaban la caída de las reservas, con los siguientes resultados: mayores distorsiones en la economía, pérdida de divisas en el BCRA y freno a las pocas inversiones externas que estaba previsto realizar en este período. La pérdida de reservas es simplemente la manifestación final de una enfermedad que enfrenta nuestra economía a causa de las inconsistencias de una política que terminó creyendo su propio relato sin tener en cuenta el norte que estaba llevando el mundo.
Javier lojo – jlojo@rionegro.com.ar
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