El drama del secuestro en Colombia

Un dramático llamado realizó el jefe comunal de un poblado del sur de Colombia para que las FARC le devuelvan a su pequeña hija de tres años. Los guerrilleros exigían a Libardo Erazo que renunciara y difundiera su orden de dimisiones masivas. Secuestraron al esposo de otra alcaldesa con idéntico propósito.

BOGOTA (AFP) – El alcalde de un pueblo del sur de Colombia lanzó ayer un dramático llamado para que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) liberen a su hija de sólo tres años, secuestrada hace dos semanas para obligarlo a renunciar, en la más cruda expresión de una campaña de amenazas de esa guerrilla contra las autoridades locales del país.

Abatido, con la voz entrecortada, Libardo Erazo, alcalde del municipio colombiano de Colón (sur), reveló que cumplió con una exigencia de las FARC de divulgar en todos los medios de comunicación las amenazas contra los mandatarios locales del país para que renuncien de inmediato. «El comunicado que quieren que exprese y que lo he hecho, es que los alcaldes entiendan que las amenazas no se tratan de un juego, que deben cumplirse y que por lo tanto harán un seguimiento de las renuncias de los alcaldes», aseveró.

Erazo señaló que, por su parte, ya renunció a su cargo, pero pidió al Gobierno saliente del presidente Andrés Pastrana, que se ha negado a aceptar las dimisiones de los alcaldes, que acepte la suya por tratarse de una «situación es muy particular».

«Le estoy solicitando que estudie mi caso, que acepte mi renuncia, porque necesito tener algo en concreto para poder solucionar mi situación personal. Prefiero asumir las responsabilidades de los organismos de control del Estado, al abandonar mi cargo, que aceptar el secuestro de mi hija, porque primero está la vida de ella», manifestó.

Erazo dijo estar angustiado porque hasta el momento no sabe nada de su hija única, Francy Lorena, desde que el pasado 17 de julio fue secuestrada, junto a su niñera, cuando se dirigían a pie hacia un jardín infantil próximo a su vivienda en Colón, 900 km al sur de Bogotá. Su madre, Marlen Gómez, dijo llorando ante las cámaras de televisión a las FARC que Erazo ya cumplió con lo pedido y que permitan que la menor retorne al hogar.

Autoridades del Gobierno y de las Fuerzas Militares, organismos internacionales, alcaldes de distintas regiones del país y la Defensoría del Pueblo, entre otros, condenaron el secuestro de la niña y demandaron a las FARC excluir a los menores del conflicto armado.

Un total de 161 niños se encuentran actualmente secuestrados por los grupos armados irregulares, lo cual es una clara violación a normas mínimas del derecho internacional humanitario, señaló la UNICEF.

Otro comando de las FARC incursionó en un poblado del suroeste de Colombia y secuestró al esposo de una alcaldesa, con idéntico fin. Los rebeldes irrumpieron el lunes en el municipio de Carlosama, en el departamento de Nariño, y atacaron la estación de Policía y una sede bancaria, secuestrando luego al esposo de la alcaldesa de la zona, Sarah Bolaños. La funcionaria dijo que «sólo les pido que, por favor, respeten la vida de mi esposo. No entiendo porqué se lo llevaron, si al fin al cabo yo ya había renunciado», declaró Bolaños.

Las FARC, la principal guerrilla del país, mantienen desde junio una campaña de amenazas contra los alcaldes, concejales y otras autoridades municipales, a quienes exigen dimitir so pena de matarlos o secuestrarlos.


BOGOTA (AFP) - El alcalde de un pueblo del sur de Colombia lanzó ayer un dramático llamado para que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) liberen a su hija de sólo tres años, secuestrada hace dos semanas para obligarlo a renunciar, en la más cruda expresión de una campaña de amenazas de esa guerrilla contra las autoridades locales del país.

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